. . . carne dada a los gusanos . . . una tradición popular, de la cual no sería capaz de precisar su origen, pretende que nuestro vocablo “cadáver” proviene de la unión de las primeras sílabas de cada una de estas palabras. Parece ser que se trata de una tradición sin fundamento lingüístico, ya que cadáver procede del latín cadere, caer, en el sentido de “cuerpo que no puede seguir en pie”.
Por otro lado, a pesar de
lo que sostienen algunos sitios de la red, e incluso libros de textos
de la ESO, no tenemos constancia de la existencia de la inscripción
en ninguna lápida de origen romano.
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