La
Tierra entre Ríos vio nacer las primeras ciudades de la historia y
organizaciones sociales estatales. En estas civilizaciones
jerarquizadas, potámicas y agrícolas, el papel de la mujer era de
sumisión total al hombre.
Las
leyes inscritas en el Código de Hammurabi, describen los derechos y
las obligaciones de las féminas. Gracias a documentos de esta
naturaleza nos podemos hacer una idea de como era su forma de vida.
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Sumisión de la
mujer. La
mujer en Mesopotamia estaba totalmente sometida a la autoridad del
hombre, normalmente al padre o al marido. En ausencia de ambos el
tutor de la mujer podía ser un tío paterno o un hermano. El hombre
era, por tanto, el cabeza de familia, de la misma manera que el rey,
se situaba en la cúspide de la pirámide social.
Para
la sociedad mesopotámica la legitimidad de la descendencia era
esencial, por ello, se reprimía totalmente la libertad sexual de la
mujer.
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Matrimonio, dote
y precio de la novia..
También en Mesopotamia van a nacer tres instituciones básicas para
entender las relaciones entre hombres y mujeres.
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Matrimonio. El
matrimonio es un contrato que recoge las condiciones en que se
establece la unión entre un hombre y una mujer, y por tanto, debe
estar sancionado por la ley. En el caso de Mesopotamia tenemos el
ejemplo del Código de Hammurabi que recoge las condiciones que debe
cumplir un matrimonio para que se considerado legal. Los matrimonios
normalmente eran acordados por los padres o los hermanos de los
cónyuges. En el contrato matrimonial había (y aún se siguen
manteniendo en algunas culturas) dos conceptos de gran importancia,
dote y precio de la novia.
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Dote. La
dote es un dinero o conjunto de bienes que el padre de la novia
otorga a su hija para el mantenimiento de su nuevo hogar. En
realidad no será la hija quién administre esta dote, sino que
pasará al conjunto de bienes de ese nuevo hogar (controlado por el
marido o por el padre de éste). Las hijas no reciben herencia por
que lo que le correspondería como tal, sería para la dote.
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Precio de la novia. Se
trata de una cantidad (dinero o especies) que la familia del novio
tenía que pagar para que su hijo se pudiera casar. Esto cobra
especial importancia en épocas y lugares donde escasean las mujeres
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Divorcio. Un
hombre podía divorciarse de su mujer sin necesidad de justificar su
decisión. No obstante, si había tenido hijos con ella, esta se
quedaba con la dote para poder mantenerlos.
Si
era la mujer la que solicitaba el divorcio y el marido se negaba a
concedérselo, entonces intervenían los tribunales. Si la mujer
conseguía demostrar dejadez de sus funciones por parte del marido,
podía irse con sus hijos y con la dote. Pero si se probaba que el
matrimonio se deshacía por culpa de la mujer, perdía la dote, los
hijos y el marido podía mantenerla como sierva.
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La protección de
las viudas. Cuando una mujer quedaba viuda, su situación de
desamparo era realmente complicada. Por este motivo los babilonios
establecieron leyes y medidas para paliar esta funesta situación y
permitir a las viudas poder sobrevivir dignamente.
Se
estableció que los regalos de boda debían guardarse en un depósito
para ser utilizado en caso del fallecimiento del esposo para cubrir
los gastos de la manutención de la viuda. Si no existían estos
regalos, la ley permitía que la mujer heredara una parte
proporcional a la de cualquier hijo de las posesiones del marido.
Por
otro lado, la viuda contaba con la posibilidad, tenía derecho a
ello, de permanecer en el hogar familiar el resto de su vida.
Si
una mujer decidía volver a casarse, perdía los regalos de boda, la
herencia y debía abandonar el hogar. Si tenía hijos, necesitaba de
un permiso judicial para volver a contraer matrimonio.
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Adulterio.
Para los babilonios, únicamente la mujer cometía adulterio. No se
consideraba adulterio las relaciones que un hombre casado pudiese
mantener con otras mujeres solteras.
Si
una mujer era sorprendida cometiendo adulterio, el marido podía
atarla junto a su amante, y arrojarlos al río. Si el marido tomaba
la decisión de perdonar la vida a su mujer, tenía que obrar de
igual manera con el amante.
Si
un marido acusaba, sin pruebas a su mujer, ésta podía jurar su
inocencia delante de un sacerdote. En este caso podía volver a casa
con su marido. Si además del marido, otra persona la acusaba de
adulterio, la mujer debía superar una durísima prueba conocida como
“ordalía” o “Jucio de Dios”.
La
mujer debía primeramente jurar su inocencia ante personal religioso
y luego arrojarse al río. Algunos textos dicen que se maniataba a la
mujer. Si se salvaba, significaba que los dioses, sabedores de su
inocencia la había ayudado. Por el contrario, si se ahogaba, quedaba
demostrada su culpabilidad. Si tenemos en cuenta que pocas personas
sabía nadar en esta época, nos podemos hacer una idea de lo
desmedido del juicio.
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Sacerdotisas. La
mujer tenía un oportunidad de escapar de un matrimonio no deseado,
ingresar como sacerdotisa en el templo de algún dios (o diosa).
Cuando una mujer entraba en un templo también tenía derecho a la
dote, que en este caso sería administrada o bien por su padre o bien
por su hermano (en ausencia de ambos podía hacerlo un tío paterno).
♥ Prostitución
sagrada. Según Heródoto, las mujeres de Babilonia
debían una vez en la vida acudir al templo a ejercer la
prostitución. Esta noticia, como no podía ser de otra forma, ha
dado pie a hipótesis y debates a favor y en contra de otorgarle
verosimilitud al relado del padre de la historia.
♥ Enhuduanna.
Hija del rey Sargón de Acad, primera poetisa
conocida de la historia. Suma Sacerdotisa del Templo dedicado a la
Luna hacia el 2.300 a.C. en la ciudad-estado de Ur. Sus poemas fueron
muy populares en su época y estaban dedicados a dioses y diosas, se
trataba de oraciones y peticiones. Tras las muerte de Sargón, su
sucesor, la relegó de su cargo de Sumo Sacerdotisa.
♥ Semíramis.
Legendaria reina de Asiria,
cuya figura aparece en la leyenda y parece querer esconderse de la
historia. Se le atribuye el embellecimiento de la legendaria
Babilonia con sus famosos y hermosos Jardines Colgantes.
Una
leyenda cuenta que Semíramis era hija de la diosa Decreto, que la
abandonó en un desierto. Alimentada por palomas y rescatada por un
pastor, de nombre Simas, se convirtió en la fundadora del Reino de
Babilonia. Algunos autores la han identificado con la reina asiria
Sammuramat.
♥ Sammuramat.
Reina de Asiria, esposa de Shamshi Adad V y regente de su hijo
Adad-Nirari III. Una inscripción en Calaj cuenta como a la muerte de
su marido gobernó el país hasta que su hijo pudo subir al trono.