miércoles, 19 de febrero de 2025

SANTA CATALINA DE SOMOZA, UNA POBLACIÓN MARAGATA.


 



Metidos de lleno en la Maragatería. Tierra estéril e inclinada, mirando hacia arriba, a los Montes de León. Atrás queda la Tierra de Campos, y sus casas de adobe, aquí son los cantos los que sirven para levantar el hogar. Tejas pizarrosas y algunos teeitos, con cubierta de cereal (paja, centeno).


Paso a paso vamos recorriendo la región histórica de los maragatos. En Somoza avituallamiento y un ratillo de descanso. Localidad típica de la comarca. El pueblo cuenta con una bonita plaza de la iglesia. Todo muy rústico y encantador.




Santa Catalina de Somoza surge a partir del Hospital de Yuso, cuyas ruinas aún recuerdan el paraje llamado Huerta del Hospital. Aquí nació el famoso tamborilero maragato Aquilino Pastor, que vivió 102 años y tiene el título de Tamborilero Mayor de la Maragatería.


En el interior de su iglesia, la Parroquia de Santa María, se conserva una reliquia de San Blas, patrón de la localidad.




Aldeas abigarradas, calles estrechas, casa contra casa, pared contra pared. El arriero maragato también es caminante, pero es un caminante diferente, él lo hace por necesidad. El peregrino lo hace por devoción, el caminante por curiosidad y el vagabundo por placer. Para el arriero el objetivo es el destino, para el romero, es el camino.




La planicie castellana ya mira hacia arriba, al fondo del telón, Foncebadón, y un poco más allá, por fin, Galicia.


JONNY QUEST 03. LA MALDICIÓN DE ANUBIS.

 



martes, 18 de febrero de 2025

SOTOPALACIOS Y EL ADELANTADO MAYOR DEL REINO DE CASTILLA.


 


A dos kilómetros de Vivir, Sotopalacios, un pueblo y un enorme castillo situado en la ruta de Carlos V. La sombra del Cid, la épica de sus victorias y el drama de sus destierroes es alargada por estos páramos burgaleses.




Sotopalacios, ubicada junto al río Urbiena, afluente del Arlanzón como el río de la ciudad, también nació como una población vinculada a Burgos. Localidad cabecera de la Merindad del río Ubierna. La fortaleza de Sotopalacios fue la residencia del Adelantado de Castilla, que desde sus muros y torres ejercía su jurisdicción. A lo largo de su historia fue pasando de familia en familia de la nobleza hispánica.


La submeseta norte está llena de pequeños pueblos de larga historia, rodeados de Naturaleza, que desprenden un encanton especial. Muchos de ellos, afortunadamente, no aparecen ni en guías, ni en listas blogueras, ni en recomendaciones de las insulsas redes sociales. Sotopalacios es un buen ejemplo de lo que hablo.




El topónimo Sotopalacios hace referencia a soto, masa de árboles, y a palacios, o casas grandes en su acepción medieval. La localidad se ubica en la Merindad del río Urbiena, que es un municipio que se inserta en la comarca que rodea a la capital burgalesa, el Alfoz de Burgos. A orillas del Urbiena, frente al castillo, se puede oler la historia de Castilla.




La historia de Sotopalacios, la documentada, la cierta, comienza a raíz de la fundación de Burgos, y su fortaleza en el año 884 por el conde Diego Porcelos. Por su cercanía a la capital, la población fue ganando cierta importancia, y en el siglo XII ya aparece como cabeza de la Merindad de Urbina, puesto que el rey Alfonso VIII poseía aquí la bodega regia o cillero donde ingresaba sus rentas agrícolas.




Aunque popularmente se conoce como Castillo del Cid, nada tiene que ver con el héroe de Vivar. La fortaleza actual data del siglo XIV. Fue construida por los Manrique, y perteneció sucesivamente a los Padilla, los duques de Lerma, los duques de Segorbe y Cardona, los duques de Medinaceli, y los duques de Feria, titulares todos ellos del Adelantamiento Mayor de Castilla. Los Adelandatos de Castilla, impartían justicia desde aquí a todas sus tierras de realengo.






El castillo es obra humana, pero el río y el bosque de ribera adyacente nada le envidia en belleza. Esa vegetación de ribera permite disfrutar de la biodiversidad que ofrecen estos bosques situados a orillas de los ríos. Auténticos corredores verdes. Los sotos y márgenes de los ríos son lugares elegidos por especies tan características como chopos, álamos, sauces y fresnos.




Una vieja tradición sitúan el nacimiento del Cid en uno de los desaparecidos barrios de Sotopalacios, el barrio de Viallenetro, en base a una nota aparecida en el libro de la Crofadía de Nuestra Señora de Acorro de Sotopalacios en la que dice: “Nuño Laínez, abuelo de dicho Cid […] labró una casa fuerte y grande de tapias en un gran soto de robles en que vivió junto a la Villa de Dentro [...]”.




Jimena en soledad

Jimena rehén encarcelada

Jimena dejando pasar noches

y auroras sin gemir

porque habías de ser tan fuerte

como el que en buen hora nació,

el desterrado”.


Mª Teresa León.

lunes, 17 de febrero de 2025

TENTACIÓN DE SAN ANTONIO DE TIÉPOLO.



Un demonio alado y una mujer desnuda, intentan tentar a un San Antonio que busca consuelo, refugio y fortaleza en un viejo libro, compendio de sabiduría, ajado por el tiempo. Es el conocimiento el arma más eficaz contra todo mal. A lo lejos, la calavera sobre la que ha estado meditando el santo. Y al fondo un precioso ocaso. Giovanni Batista Tiépolo es uno de los integrantes de la escuela venecian de mayor originalidad e inventiva. Esta Tentación de San Antonio, expuesta en la pinacoteca de Brera, es una obra de juventud del autor.

JONNY QUEST 02. AVENTURA EN EL ÁRTICO

 



domingo, 16 de febrero de 2025

PUENTE FITERO (O PUENTE DE ITERO)


 



Antes de la unión definitiva de Castilla y León en la figura de Fernando III el Santo, el río Pisuerga marcaba la frontera entre ambos reinos. El monarca Alfonso VI ordenó lanzar este puente que fue modificado y reestructurado entre los siglos XVI y XVIII.




El rey Alfonso VI de León es el responsable de la construcción de un puente que fue antecesor del actual Puente Fitero (probablemente rehaciendo uno romano más antiguo). El Códex habla en el siglo XII un Pons Fiterie para cruzar el río Pisuerga. En el siglo XV el puente estaba en tal mal estado que no permitía el paso de carruajes. Se pensó construir un puente nuevo en otro tramo del río. La estructura actual data del siglo XVI en pleno Renacimiento, siendo reformado en el XVIII coincidiendo con la etapa conocida como Despotismo Ilustrado. Una vez cruzado el puente entramos en Palencia.




HONTANAS


 



Diez kilómetros de marcha (desde Hornillos del Camino) insufrible bajo un Sol abrasador, no es raro tener un espejismo por estos pagos. Los campos de cereal parecen auténticas llamaradas. Caminar, caminar y caminar. Y cuando menos lo esperas, cuando el horizonte solo nos muestra campos de cultivos y un celeste cielo brillante, cuando el caminante ha perdido toda esperanza, en una hondonada entre montañas, como de la nada, surge Hontanas, oasis y paraíso para los peregrinos. Punto de encuentro para los caminantes, uno de esos lugares que cuando pasas quieres parar y llenarte del espíritu de la peregrinación: volver a las raíces mismas de la Humanidad. Las campanas de la iglesia llaman a la oración. La misa para los peregrinos es a las seis. Una hora antes de la cena comunal.





La etimología de Hontanas – Fontanas - hace referencia al número de fuentes que en el lugar se encontraban. Aún conserva como vestigio jacobeo el Mesón de los Franceses, antiguo hospital de peregrinos.




Los primeros habitantes de Hontanas decidieron instalarse en este hoyo para protegerse del clima.




Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción (siglo XIV). Anteriormente se denominó de Santa María. De estilo neoclásico, junto a ella encontramos restos de lo que la tradición dice que fue un palacio del prelado burgalés, antiguo señor de la villa.





Ermita de San Vicente. Son los restos de la iglesia de un antiguo poblado medieval y que todavía conserva un paredón esquinal.




Brasil, Alemania, Croacia y España, no es la fase final de la Copa del Mundo de Fútbol, es la mesa del albergue. Hontanas es uno de esos lugares a los que uno espera llegar cuando inicia el Camino de Santiago. La cena de confraternización y la postcena con vino, geniales. Esto es lo que muchos peregrinos llaman el espíritu del Camino.


Hospitalidad es la cualidad de acoger y agasajar con amabilidad y generosidad a los invitados o a los extraños. “Hospitalidad” se traduce del griego filoxenía, que significa literalmente “amor (afecto o bondad) a los extraños”. En latín hospitare, significa “recibir como invitado”. Existen algunas palabras con raíces latinas que están estrechamente relacionadas como hospital, hospicio y hostal. En cada una de estas palabras, el significado principal se centra en un anfitrión que da la bienvenida y responde a las necesidades de las personas que se encuentran temporalmente ausentes de sus hogares. La frase “recibir como invitado” implica al anfitrión prepararse para cumplir los requerimientos básicos de un invitado. Los requerimientos de un huésped son tradicionalmente alimentación, bebidas y alojamiento o refugio.

Manuel Oliva.

Hospitalidad en un pequeño pueblo del camino.

Revista Peregrino. Nº 187.





Historia de amor de Manuel y Svetana. El hospitalero de la paella (la mejor del camino) y su bella mujer Svetana. El camino los unió.


ÉRASE UNA VEZ EL HOMBRE. EL HOMBRE DE CROMAÑÓN



 

JONNY QUEST. 01 EL MISTERIO DE LOS HOMBRES LAGARTO



 

sábado, 15 de febrero de 2025

REAL MONASTERIO DE SAN ZOILO EN CARRIÓN DE LOS CONDES.


 



Las obras del conjunto monacal se prolongaron entre los siglos XI y XVI. Unido a la poderosa Orden de Cluny, conserva algunos elementos románicos, llegando su esplendor artístico hasta el Renacimiento, con un celebrado claustro plateresco.



Fundado hacia el siglo X, a la centuria siguiente, y de la mano de un miembro de la familia condal llegó a Carrión el cuerpo de San Zoilo, mártir cordobés, muerto durante las persecuciones de Diocleciano a comienzos del siglo IV.



Teresa Peláez, esposa del conde Gómez Díaz de Carrión (el mismo que reconstruyó el puente sobre el río) sometió a los monjes a la observancia de Cluny (de quién dependió hasta el siglo XV). Hasta 1431 tuvo el dominio sobre el Monasterio de San Martín de Fromista. Sirvió como panteón de los condes. En 1835 se produjo la exclaustración.

DE CARRIÓN DE LOS CONDES A CALZADILLA DE LA CUEZA.


 



Carrión de los Condes – Calzadilla de la Cueza. Una etapa del camino que tiende a lo inhóspito. Diecisiete kilómetros sin nada; ni fuente, ni avituallamiento y prácticamente sin referencias. Valor y al Toro.





La Meseta, en su inmensidad, tiene algo especial, muy difícil expresar con palabras. Al principio te produce cierto rechazo, el Sol, los campos marrones, la ausencia de árboles, la horizontalidad, pero a los pocos kilómetros te atrapa. Y cuando la abandonas, lo haces con cierta nostalgia, y con enormes ganas de volver.



A paso de legionario. Hoy avanzamos por la milenaria Vía Aquitana, que unía Burdeos con Astorga.




Oasis en Bustillo del Páramo, kilómetro 9. Modesta área de servicio con bar.




Calzadilla de la Cueza es el auténtico Oasis, donde el peregrino encuentra el lugar ideal para el descanso.

ABADÍA DE BENEVÍVERE.




Restos de un naufragio desamortizador, localizados en una finca privada, a los pies del Camino de Santiago, a unos pocos kilómetros de Carrión de los Condes. Erigida en 1169 por un caballero noble, Diego Martínez de Villamayor. Siempre perteneció a los canónigos regulares de San Agustín que fundaron la orden de Santa María de Benevívere en el siglo XII.




martes, 11 de febrero de 2025

VILLARMENTERO DE CAMPOS.

 


Un albergue que parece un poblado indio y las tradicionales construcciones de adobe, son las señas de identidad de Villarmentero de Campos. Un lugar con recuerdos legendarios sobre la vida y las reliquias de San Martín de Tours. Iglesia dedicada a este santo, construida en el siglo XV. El pueblo más pequeño de este tramo jacobeo. Nunca fue muy populoso. Existe una leyenda de la peregrinación con una mula llevando bajo su lomo las reliquias del santo.






domingo, 9 de febrero de 2025

EL FLAUTISTA


 
















Una historia de Caza (Philippe Cazaumayou)

MÁLAGA, LA LUZ DE LA COSTA DEL SOL.


 



La calima, la niebla y la lluvia ocultaron el Sol. Un marzo lluvioso, una primavera más. Cuarenta y cuatro años he tardado en venir a Málaga, algo difícil de entender para alguien que nació en Cádiz y vivió en la provincia gaditana treinta años. Y además es un viajero empedernido que ha recorrido más de media Europa. Pero como decía Ortega y Gasset, “yo soy yo, y mis circunstancias”, y en este caso mis circunstancias no me habían traído a la capital malacitana, hasta hoy ,Viernes 25 de marzo de 2022. Teatro romano, alcazaba, catedral y calle Larios te cuentan la larga historia de la ciudad, corazón de la Costa del Sol, destino turístico de primer nivel, muy de moda en los últimos años. Mi primer paseo nocturno por la alfombra roja del Festival de Cine, ha sido mi primer contacto con la ciudad.


Thyssen, Picasso, Hermitage y Pompidou, Málaga entró en el siglo XXI como un destacado centro de arte contemporáneo a orillas del mar Mediterráneo. Comienza la primavera, y las calles del centro malacitano se convierten en una alfombra roja por la que transitan visitantes y curiosos, esperando cruzarse en cualquier momento con algunas de las rutilantes estrellas del Séptimo Arte, de las que participan en el Festival de Cine de la ciudad.




En la taberna “el Pimpi”, entre finos, amontillados, blancos y tintos, se citan los malacitanos y los visitantes en un típico ambiente andaluz, que hace las delicias de los turistas que llegan a la Costa del Sol desde los cinco continentes (alguno incluso de más allá). El pescaíto frito siempre acompañado de un vino fino.




Para el premio Nobel de literatura, Vicente Aleixandre, su Málaga natal era la ciudad del paraíso. Otros escritores, no nacidos en Málaga, también quedaron rendidos a los encantos de la ciudad, como Jorge Guillén, Ernest Hemingway, Rafael Alberti o Gerald Brenan.




Avenidas y parques, casinos, restaurantes, tiendas y hoteles llenan de vida el centro de la ciudad. Y entre los edificios nuevos, la mayoría de ellos dedicados al comercio y a la hostelería, se van intercalando los principales monumentos históricos e hitos arquitectónicos de la urbe; el teatro romano, las murallas de la alcazaba, la catedral o la plaza de toros.





Las palmeras, y sus más ruidosas inquilinas, las cotorras argentinas llegadas del otro lado del charco, ponen el punto exótico en una ciudad abierta al mar. Y por el mar vinieron sus fundadores, los comerciantes fenicios, llegados desde el otro extremo del mar Mediterráneo. Los mismo fenicios que fundaron Cartago y Gadir (y también la modesta Villaricos). Malaka forma parte de la vieja estirpe de puertos comerciales del mar Interior.


Alrededor del Teatro romano podemos hallar algunas de las huellas más antiguas de la historia de la ciudad. Después de la Segunda Guerra Púnica, con Cartago (hermana de sangre de Cádiz y de Málaga) derrotada y humillada, los romanos se convirtieron en los dueños del sur peninsular, al que bautizaron como Bética.




La ciudad va desarrollándose a los pies del monte Gibralfaro. En el punto más elevado se levanta el castillo, donde ya los fenicios situaron un faro. Desde aquí se podía proteger la alcazaba, además de controlar la entrada y salida de barcos en el puerto, y el río Guadalmedina. Precisamente alrededor de este núcleo fue creciendo la Málaga original.

Málaga fue un destacado puerto comercial en época nazarí. Junto con el de Almería, era el principal puerto de embarque del Reino de Granada. Una ciudad esencial en la actividad comercial con otros puntos del Mediterráneo. Los Reyes Católicos conocían su importancia estratégica, así que en el 1487 acometieron su conquista, de manera que poco a poco, Granada, capital del reino, fue quedando aislada. En la actualidad somos muchos los que ascendemos siguiendo la muralla, caminado entre pinos y eucaliptos, hasta la cumbre, para disfrutar de la panorámica más extraordinaria de la ciudad.


El castillo era tan inexpugnable, que la guarnición fue capaz de resistir dos días más, después de que Málaga fuese conquistada por las huestes de los Reyes Católicos, con el propio rey Fernando a la cabeza, y la artillería mandada por Francisco Ramírez de Madrid. Los cañones contribuyeron a la victoria. La Edad Media queda atrás y comenzaba la Era de la Pólvora.


Como sucedió en otras ciudades andalusíes, Málaga se transformó después de la conquista cristiana. El Renacimiento supuso un nuevo impulso al urbanismo, pues la ciudad creció en dirección a las orillas del río Guadalmedina.




Cuando Constantinopla fue conquistada por el sultán otomano Mehmet II, la ciudad mutó su nombre por Estambul, y la basílica de Santa Sofía, levantada durante el reinado de Justiniano, se transformó en mezquita. Los espacios religiosos siempre se reocupan y sobre la antigua mezquita aljama malacitana, se construyó la catedral renacentista, según los planos del burgalés Diego de Siloé, maestro del Renacimiento español. El templo prolongó su construcción hasta la época del barroco, aunque quedó inconclusa, pues el presupuesto destinado a rematar el segundo de los campanarios, fue destinado a la guerra de independencia de los Estados Unidos. Por este motivo los malagueños la llaman cariñosamente “la Manquita”.





Un edificio sobrio, de grandes dimensiones y considerable altura, visible desde el mar. Una amalgama de estilos que arranca en el gótico final y llega hasta el Barroco. La catedral de la Inmaculada actúa como un auténtico imán, decenas de personas se arremolinan a su alrededor, paseando por sus jardines, reparando en los múltiples detalles de sus fachadas o guardando cola para visitar su interior. Sin duda uno de los edificios más significativos de la ciudad.




El barrio viejo de Málaga, donde el visitante se embriaga con los aromas de la ciudad, y puede conocer la esencia de la misma, está atestado de tiendas y bares, pero también de iglesias renacentistas y mudéjares, y de orgullosas casas solariegas. Como muestra un botón, el Pasaje Chinitas, un rincón lleno de encanto.


La ciudad renacentista y decimonónica se erige sobre las laberínticas medinas árabes. Como toda urbe abierta al mar, Málaga es un cruce de culturas.





A espaldas de la catedral y frente a la alcazaba, entre las actuales calles Alcazabilla y San Agustín, se ubicaba la judería medieval, lugar de nacimiento del poeta y filósofo Salomón ibn Gabirol, más conocido como Avicebrón.




Despotismo ilustrado y Carlos III. Tras la muerte de su hermano Fernando VI, Carlos abandonó el reino de Nápoles y llegó a España para convertirse en su rey. Con Carlos III arribaron al país las ideas ilustradas. Los eruditos e intelectuales del siglo XVIII, guiados por la luz de la razón, fundaron Sociedades Económicas de Amigos del País, como la que abrió sus puertas en Málaga en el año 1789.




El general alemán que sirvió en el ejército español, Teodoro Reding, fue gobernador de Málaga entre 1806 y 1808. Con el estallido de la Guerra de Independencia se convierte en presidente de la Junta de Málaga y jefe de las tropas del Reino de Granada. Al lado del general Castaños y de Antonio Malet, vencieron a Dupont en la batalla de Bailén.






El Ayuntamiento de Málaga es una obra neobarroca de principios del siglo XX. En el tímpano del frontón, en un bajorrelieve, se escenifica a una matrona, símbolo de la ciudad, rodeada de alegorías de las actividades económicas desarrolladas en Málaga a lo largo de su historia. Los heraldos de los Reinos de España coronan los remates.




Manuel Domingo Larios, II marqués de Larios contribuyó con la modernización de Málaga durante el siglo XIX. En esta decisiva centuria se produjo la transformación de la ciudad medieval, cuyos resultados son visibles en la actualidad. Las desamortizaciones civiles y religiosas provocaron un auténtico boom inmobiliario. El empresario Manuel Larios sufragó las obras de las construcción de una de las principales calles de la ciudad, cuya estatua preside el inicio.





La calle Larios, arteria vital de la Málaga moderna, está considerada una de las calles decimonónicas más elegantes del país. La calle comunica la Plaza de la Constitución con el puerto, a través de la alameda. Un paseo que une el corazón de la ciudad con el mar.


La calle fue proyectada por el maestro de obras malagueño Eduardo Strachan en 1882, siguiendo el nuevo estilo arquitectónico surgido y desarrollado por la Escuela de Chicago. La apertura de la calle Larios, actualmente una vía comercial, supuso una profunda transformación de la ciudad. Strachan en Málaga como Haussman en París, diseñaron la ciudad moderna. En la actualidad la calle Larios es una de las más caras de España.





En 1868 estalló una revolución en la cercana Bahía de Cádiz, que rápidamente se extendió por toda España y obligó a la reina Isabel II marchar al exilio. En la ciudad de Málaga durante esta revolución, “la Gloriosa”, un grupo de obreros que trabajaban en las fábricas de los Larios, rodearon el palacio de la familia, obligando a las personas que se encontraban en su interior, a escapar por el tejado. Los Larios abandonaron España y se instalaron en París. Desde la capital parisina los Larios siguieron gestionando sus negocios y manteniendo sus vínculos con Málaga. El marqués falleció en París en 1895, siendo enterrado en el cementerio de San Miguel en Málaga.


Con la calle Larios finalizada, durante la época de la Restauración borbónica, el pueblo malacitano rindió homenaje al marqués levantándole la estatua, frente al lugar donde se encontraba su palacio (hoy La Equitativa). Pero la memoria del marqués de Larios volvió a sufrir los avatares revolucionarios, cuando en 1931, tras la proclamación de la II República, la estatua fue arrojada al mar y sustituida por la Alegoría del trabajo (una obra anónima). Concluida la Guerra Civil la estatua se volvió a erigir en su lugar original.


En torno a la revista Litoral, fundada en Málaga en 1926 por Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, se formó un núcleo intelectual, clave en la configuración de la Generación del 27.







La ciudad de Málaga, capital de la Costa del Sol, conforma un variopinto ecosistema humano. Un ecosistema que comparte con otras especies animales que, o bien se han adaptado a la vida urbana, o bien la presencia del hombre no interfiere en sus costumbres vitales. El cauce del río Guadalmedina, los exuberantes palmerales, la playa de la Malagueta, el puerto y los pinares del monte Gibralfaro, ofrecen un hábitat variado para invertebrados, reptiles, anfibios, aves y pequeños mamíferos.




Junto al puerto se ubica la playa de la Malagueta, enclave para relajarse, pasear, darse un baño, pelar la pava, beber una cerveza bien fría, y disfrutar de los famosos, y genuinos, espetos de sardinas.


Cada amanecer los hombres de la mar, después de faenar toda la noche, arriban a la playa. Entonces las lonjas abren sus puertas y se llenan de vida. Hosteleros y pescadores vienen aquí en busca del preciado cargamento: pijotas, boquerones y sardinas, rape, merluza, sargo y corvina, chocos, sepias y algún pulpo. Con este excelente producto engatusarán a sus clientes. El andaluz y el visitante visitan chiringuitos, bares y tabernas, en busca del pescaíto frito, una auténtica forma de vida.





Tradicionalmente el cenachero, cargado con sus cenachos, unas espuertas de esparto y cáñamo, lleva el producto fresco, recién llegado a puerto, a las calles de la ciudad para venderlo, pregonando sus excelencia a viva voz. Aunque es un oficio desaparecido, la figura del cenachero es todo un símbolo de Málaga.




El puerto de Málaga es una de las razones de existir de esta bella ciudad abierta al mar, y que se llena de luz cada tarde, cuando el Sol, tras alcanzar el cénit, comienza a descender buscando el horizonte.



El son huasteco “La Malagueña” resume en una sencilla letra dedicada a la enamorada toda la belleza de la mujer andaluza. Y por extensión, de la ciudad que la vio nacer.




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