viernes, 31 de agosto de 2018

KUKUDH, UN FANTASMA ALBANÉS.



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El folklore albanés está poblado de fantásticas criaturas, unas bondadosas, otras terribles, que en muchos casos comparten rasgos y personalidad con los seres de otras mitologías de la amplia región balcánica. Kukudh es un reviniente, un no muerto, un personaje típico de las leyendas de Europa Oriental. En este caso el alma de un pobre avaro que frecuenta su casa después de su fallecimiento. La gente no quería pasar la noche en casa de un avaro por miedo a ser asesinado por el Kukudh. Un ser malvado que trae la peste y provoca grandes males.

En algunas regiones Kukudh es un hombre rechoncho de piernas cortas y cola de cabra. Es prácticamente invulnerable y solo puede ser eliminado si es estrangulado por una enredadera. En el sur de Albania Kukudh es un espíritu femenino ciego, portador de una enfermedad terrible; el cólera. Una truculenta leyenda cuenta que esta enfermedad la trajo consigo Alejandro Magno después de haber violado el cadáver de una princesa del Epiro que no le quiso entregar su amor en vida.



jueves, 30 de agosto de 2018

¿QUÉ ES EL MEDIO NATURAL?



El Medio Natural es el marco donde se ha desarrollado la vida del hombre desde su aparición en el Planeta. Parte de esa existencia ha estado marcada por su adaptación a ese medio, aunque en los dos últimos siglos (concretamente desde la Revolución Industrial) la Humanidad ha ido desarrollando su tecnología de tal forma que consigue modificar el medio natural para satisfacer sus necesidades. El Medio Natural por tanto influye, que no determina, en la cultura humana, queremos decir que para comprender una determinada sociedad histórica, es imprescindible conocer el lugar donde se ha desarrollado.

Geográficamente hablando, Medio Natural es una gran área que presenta una serie de características comunes. Esas características están determinadas por la interrelación de cinco elementos: el relieve, las aguas, el clima, la vegetación y la fauna. El relieve es el elemento físico que sustenta todo el sistema, concretado en el suelo. El agua, un elemento imprescindible para la vida, y un activo agente que modifica ese relieve. El clima ofrece una serie de condiciones de humedad y temperatura a ese escenario donde se desarrolla el drama de la vida. Vegetación y fauna son, por tanto, los protagonistas de la obra. Estos cinco elementos no existen de forma independiente, sino que establecen una serie de relaciones multidireccionales entre ellos, dando lugar a una (casi) infinita variedad de ecosistemas.

Existen medios naturales inhóspitos (algunos con condiciones vitales extremas) que impiden y/o dificultan el asentamiento humano, como sucede en los polos, las selvas ecuatoriales y los desiertos. Tampoco las montañas suelen estar muy habitadas, pues la población prefiere concentrarse en áreas situadas por debajo de los 500 metros de altitud. En ese sentido las regiones de clima templado son las más apropiadas y habitadas del planeta, destacando en especial las costas y las cuencas de los grandes ríos. No obstante la determinación y la propia inteligencia del hombre, han posibilitado que prácticamente no exista ningún rincón del planeta sin presencia humana, por mínima que sea.

miércoles, 29 de agosto de 2018

TIKTAALIK, ANCESTRO DE LOS ANIMALES TERRESTRE.




La vida antigua prosperó en el mar porque en la tierra, sin existencia de atmósfera, era inviable. El aporte de oxígeno de los primeros seres marinos creó una primitiva atmósfera. La acción de la luna posibilitó que surgieran las primeras criaturas terrestres.


Debido a su cercanía a la Tierra, la atracción que ejercía sobre las mareas, dejaba zonas intermareales de varios kilómetros. En estas franjas de terreno húmedo, hace unos 365 m.a. (durante el Devónico) apareció el primer pez que desarrolló unos mecanismos de adaptación que le permitieron sobrevivir tanto en zonas inundadas, como en zonas secas. Este Tiktaalik, capaz de respirar aire y caminar a cuatro patas, es un ancestro de los animales terrestres.



martes, 28 de agosto de 2018

SARCÓFAGOS PÚNICOS DE GADIR.



Colocados de esa forma ante el público, el uno junto al otro, los dos sarcófagos antropoides, masculino y femenino, parecían un matrimonio de otras épocas, y era así sin duda como lo interpretaban quienes se detenían a contemplarlos con esa mezcla de temor y reverencia que produce siempre todo aquello que tiene alguna relación con la historia y con la muerte. Sin embargo, el sarcófago femenino era unos setenta más más antiguo, aunque fue encontrado casi un siglo más tarde que su actual compañero para la posteridad, y lo delicado de su talla llevaba a pensar que en efecto había una cierta evolución artística en su diseño, quizás porque el sarcófago masculino no había sido tallado en mármol noble y había permanecido a la intemperie demasiado tiempo.

Ambos formaban parte de los tesoros más valiosos del museo. En realidad, el edificio había crecido alrededor del sarcófago masculino. El 30 de mayo de 1887, en el transcurso de unas obras en Punta de Vaca, el lugar donde luego se instalarían los astilleros que darían brevemente respiro a la ciudad que ya hacía un siglo que había empezado a enmascarar su hundimiento con la pérdida del monopolio ultramarino, se encontró el primer sarcófago. Hubo quien lo consideró el mismísimo rey Argantonio de Tartessos, quien al comprobar el tamaño de sus huesos lo atribuyó a un pigmeo, y quien quiso imaginar que su procedencia era egipcia con influencia helenizante. Al final, se cifró su procedencia y su edad: una talla sidonense contemporánea de Platón que quizá albergaba en su interior a un rico comerciante tan satisfecho de sí mismo que había legado sus rasgos para la historia. El Museo se construyó para mostrarlo al público, aunque los dimes y diretes de prohombres y políticos, cuestiones monetarias y otras polémicas lo habían dejado abandonado y al raso durante décadas; quizás a eso se debiera parte de lo deteriorado de su aspecto.

El yacimiento y los otros cadáveres y ajuares encontrados a su alrededor llamaron la atención de arqueólogos de todo el mundo. El comentario corriente de la antigüedad de la ciuda y la falta de ruinas que conllevaban sus diversos hundimientos a lo largo de la historia se veía, por fin, negado ante la evidencia de un sarcófago gigantesco que hablaba de la importancia de la Gadir fenicia en el mundo comercial mediterráneo que luego sería ahogado por Roma y su imperio. Uno de aquellos arqueólogos venidos a principios del siglo veinte se llamaba Pelayo Quintero Atauri. Durante décadas, hasta que ya septuagenario marchó en 1939 a Tetuán, donde murió en 1946, se dedicó a la búsqueda de un segundo sarcófado que revalidara la influencia comercial de la colonia, el poderío de sus mercaderes y sacerdotes, incluso, en su fantasía el amor que el ocupante del sarcófago femenino tendría que haber profesaro hacia su esposa, a la que sin duda había enterrado con la misma pompa y circunstancia que se había otorgado a sí mismo.

Quienes escuchaban ahora la historia, resuelto el misterio, no podían evitar un escalofrío. Porque Pelayo Quintero, a pesar de sus esfuerzos, no logró encontrar aquel sarcófago y se lo llevó la muerte antes de que su tesis pudiera ser demostrada.

El 26 de septiembre de 1980, en la inevitable obra que siempre desgrana Cádiz los restos de su pasado de oropeles y miseria, se halló el sarcófago femenino, en un solar de la calle Ruiz de Alda (ahora convenientemente rebautizada “Parlamento”). El sarcófago, aunque hoy los visitantes del museo ven su tono marfileño, era de mármol policromado; como siempre, la tardanza en retirarlo y la lluvia y el viento de aquel día borraron del rostro de piedra de la muerta gran parte del mimo que el dinero de sus seres queridos habían puesto en su enterramiento. También las raíces de los árboles y la rotura del catafalco había hecho que dos mil quinientos años de erosión carcomieran la momia interior, de la que apenas quedaban restos y vendajes putrefactos. Quizá a imitación de su prima lejana ibera, y aunque su contrapartida masculina no tiene nombre específico, se la llamó “Dama de Cádiz”.

El hallazgo no habría tenido mayor importancia que la anécdota de no ser porque, por uno de esos caprichos del destino, el solar donde fue descubierto el sarcófago había sido exactamente el lugar donde Pelayo Quintero, aquel soñador convencido de su existencia, había vivido durante años. Hoy, conocida la anécdota y la burla del destino, no era difícil imaginar a aquel hombre durmiendo cada noche, soñando con un sarcófago enterrado más de dos milenios antes, rebulléndose en su cama y buscando la respuesta a aquella comezón que lo atosigaba, sin saber que a pocos metros de su mismo chalecito, bajo él, la Dama de Cádiz lo llamaba cada noche, insistiéndole para que la sacara a la luz y la colocara en el trono público que ahora compartía con el varón que la acompañaba en la contemplación de la vida desde la muerte.

No hay quien conozca la historia de Pelayo Quintero y la casualidad del hallazgo que no reprima un suspiro de perplejidad ante la jugarreta del destino. La Dama de Cádiz, sin embargo, sonríe ahora al recordarlo por debajo de su máscada de mármol inexpresivo. Después de dos mil quinientos años bajo tierra, aunque se gastó las uñas intentando arañar una salida, aunque se quemó las cuerdas vocales que ya no tenía llamando cada noche al único hombre que confiaba en su existencia, ahora estaba aquí, a plena luz, esperando, igual que quienes la adoraban, su momento.
Rafael Marín. 
La Ciudad Enmascarada.


lunes, 27 de agosto de 2018

SHULGI, REY DE UR III.



“Yo, el rey, desde el vientre materno yo soy un héroe, yo, Shulgi, desde mi nacimiento soy un hombre fuerte, yo soy un león de mirada feroz, engendrado por un dragón, yo soy el rey de las cuatro regiones, yo soy un pastor, el pastor del pueblo de las cabezas negras, yo soy el noble, el dios de todas las tierras, yo soy el hijo engendrado por Ninsun, yo soy el elegido del corazón del santo An, yo soy el hombre cuyo destino fue decretado por Enlil, yo soy Shulgi, el amado de Ninlil, yo soy aquel que es tiernamente cuidado por Nintu, yo soy el único que fue dotado de sabiduría por Enki, yo soy el poderoso rey de Nanna, yo soy el león rugiente de Utu, yo soy Shulgi, aquel que ha sido voluptuosamente elegido por Inanna, yo soy un mulo, el más adecuado para el viaje, yo soy un caballo que hace ondear su cola en la calle principal, yo soy un semental de Shakan, impaciente por correr, yo soy un sabio escriba de Nisaba”
(Himno real de Shulgi. 2094 – 2047).

Shulgi fue hijo y sucesor de Ur-Nanmu, el fundador de la III Dinastía de Ur. Durante su reinado se consolida la expansión y la preeminencia del estado. Casi cincuenta años de mandato, en los que consolida la herencia social, económica y política que había iniciado su predecesor, haciendo efectivo el conocido como Renacimiento Sumerio. Shulgi destacó además por su faceta constructiva y las expediciones militares.



domingo, 26 de agosto de 2018

CONTENEDOR DE BRONCE CON OCHO YAKS.




Se trata de una especie de contenedor o bodega de bronce de la época Qi-Han, hallado en el área de Yunnan. Cuando se descubrió contenía dinero en su interior.


El recipiente tiene forma de cilindro de mediano tamaño, con ochos yaks con diferentes gestos en la portada. El gran yak del centro se situa en un taburete que tiene forma de tambor, con sus largos cuernos curvados alzados hacia adelante. Siete pequeños yaks lo rodean, acechados por dos felinos.



sábado, 25 de agosto de 2018

TIRANA: OTOMANA, SOCIALISTA Y GLOBALIZADA.




Una capital improbable, cuyo nombre evoca a otro tiempo, a una época en que el mundo estaba dividido en dos bloques, Tirana simboliza lo lejano, lo inaccesible y lo desconocido, capital de un pequeño y orgulloso país que siempre quiso mantener su independencia contra todo, y contra todos, un país que fue oficialmente ateo y que defendía el único socialismo auténtico. El valiente Enver Hoxha rompió con la URSS, con la China de Mao y con la vecina Yugoslavia de Tito, decidió echar el cerrojo y aislarse del mundo. Del Occidental capitalista y del Oriental comunista.


La capital albanesa ha pasado en cien años de asentamiento otomano a capital de un estado socialista, para terminar abriendose a la globalización y al capitalismo occidental. Tras la declaración de independencia en 1912, Tirana pasó de ser una pequeña ciudad de provincias en el Imperio Otomano a la floreciente capital de una República Socialista.


Fundada por los otomanos, fue rediseñada sucesivamente por los arquitectos fascistas de Mussolini, por el partido comunista de Albania y por las autoridades de la nueva democracia, la más joven de toda Europa. Su alcalde Edi Rama llenó de color una ciudad que durante varias décadas era gris, anodina y un tanto triste.


José Ignacio Torreblanca en El Pais nos cuenta sus impresiones de Tirana “Miras a un lado y chocas de frente con un monumental palacio de congresos de estilo norcoreano presidido por un enorme mural donde se representa al pueblo en armas. Miras a otro y te tropiezas con el neoclásico típico del fascismo italiano, herencia de la ocupación por las tropas de Mussolini. Y si te vuelves, entonces ves una pequeña mezquita, una de las pocas que se salvó del régimen locoide de Enver Hoxha, que declaró el ateísmo religión de Estado, impuso un régimen de terror y destruyó una gran parte del patrimonio cultural del país. Un pastiche interesante, pero problemático desde el punto de vista histórico”.


La capital de Albania se sitúa a unos cien metros sobre el nivel del mar, rodeada de colinas y montes blancos (de ese color viene el nombre de Albania), en el valle del río Ishëm. Relativamente cercana al mar Mediterráneo, 30 kilómetros la separan de la costa. Precisamente una de las carreteras mejores del país unen Tirana con el histórico puerto de Durrës.


El origen de Tirana se relaciona con un castillo – Kalaja e Tiranës – mandado construir en su momento por el emperador Justiniano I y posteriormente restaurado por los turcos. Hoy tan solo quedan unas cuantas piedras de la fortaleza y de la presencia bizantina en la ciudad.


Sulejman Pashá, fue el verdadero fundador de la ciudad, en 1614. La Tirana otomana contaba con una mezquita, un hamman y un mercado. Su situación en una cruce de rutas de caravanes hizo posible su rápido crecimiento.


Una ciudad muy, muy diferente a la mayoría de las capitales europeas, nada que ver con Praga, Riga, Madrid o Bratislava. Aquí no hay grandes edificios, ni monumentos históricos, ni enormes rascacielos sedes de empresas multinacionales. El escrito ruso Ilya Ehrenburg, refiriéndose a la Avenida de los Mártires dijo en una ocasión que había visto muchas ciudades sin grandes avenidas, pero que en Tirana había visto por primera vez una gran avenida sin ciudad.


Sin embargo desde la caída del comunismo Tirana ha crecido mucho (de 200.000 a más de 600.000 habitantes) los arrabales se alargan hasta el infinito. Recuerdo más de una hora conduciendo, desde que vimos las primeras casas, hasta que llegamos al centro neurálgico, la céntrica Plaza Skanderbeg.


Cualquier visita a Tirana debe comenzar, casi obligatoriamente, en la Plaza de Skanderbeg, junto a la estatua de este guerrero medieval que combatió con éxito a los turcos. Durante varias décadas, una gran estatua del líder Hoxha, presidía este enorme espacio.


Tirana es una ciudad dual, bulliciosa hasta la media tarde, sosegada y tranquila después del final de la jornada laboral. La avenida de los mártires vertebra el corazón de la capital, comunica la Plaza Skanderbeg y el Lago Sur. Mezquitas, museos, el Mausoleo abandonado de Enver Hoxha, iglesias ortodoxas y el estadio nacional se disponen en este eje vital. Este conjunto urbano fue diseñado en los años '20 y '30 por arquitectos italianos.


Blloku era el barrio donde residia la élite, la nomenklatura comunista, incluido la de Hoxha. Una especie de ciudad prohibida, completamente vetada. Edificios construídos a lo largo de las sucesivas etapas, otomana, fascistas y soviética. Edificios que fueron coloreados por Edi Rama.


Tirana quiere convertirse en el futuro en una ciudad de referencia a escala mundial y ha proyectado un diseño novedoso para el año 2030, en el que conviven en perfecta armonía naturaleza y urbanismo.


Montañas blancas en el horizonte, la torre del reloj, el minarete de la mezquita (símbolo de la mayoría religiosa del país) y la silueta del héroe Skanderbeg, foman la postal típica de Tirana. Capital de la lejana, y enigmática Albania, una ciudad que poco a nada tiene que ver con las capitales europeas. Aquí no verás avenidas kilométricas, ni rascacielos que se pierden en un blanco océano de nubes.


Tirana puede parecer, a ojos de los extranjeros, una ciudad anodina, sin edificios históricos de relevancia, ni rincones pintorescos y sugerentes, eso sí, conviven en armonía mezquitas e iglesias, y sus vecinos harán lo posible para que te sientas a gusto. En definitiva un capital caótica, llena de color, rebosante de vida y prácticamente desconocida para el turismo de masas.



viernes, 24 de agosto de 2018

ÁNGEL CAÍDO




(El Retiro - Madrid)

Satanás, Belcebú, Lucifer,
tiene una escultura en este parque,
el Ángel Caído
nos da la bienvenida
a su particular infierno urbanita,
de hormigón y asfalto,
de azufre y fuego. . . . 

. . . ¿o era relax de agua, vegetación y 
aire? . . . 

. . . cielo e infierno, ¿dónde 
se encuentra cada uno? . . . 

jueves, 23 de agosto de 2018

HOLOCENO.




El Holoceno – época reciente – comenzó hace 10.000 años. El deshielo hizo subir treinta metros, o más, el nivel del mar, inundando amplias superficies de tierra y ensanchando la plataforma continental del oeste de Europa, y este de Norteamérica. En general es una época de clima cálido, en el que se asientan las actuales distribuciones geográficas de flora y fauna.

Los seres humanos empezaron a organizarse en grupos sociales que se concentraban en ciudades (de ahí civilización). Paulatinamente empiezan a compaginar la caza y la recolección, con la agricultura y ganadería, lo que provocó el asentamiento en lugares estables y el abandono de la vida nómada. A pesar de que geológicamente aún estamos en el Holoceno, el estudio de la prehistoria se prolonga hasta la invención de la escritura – 5500 años – y a partir de este momento comienza lo que llamamos Historia.


miércoles, 22 de agosto de 2018

BASAJAUN, SEÑOR DEL BOSQUE.




Una fuerza de la naturaleza, primaria y salvaje, un tanto inocente, un espíritu engendrado por la Madre Tierra, Basajaun es (literalmente) el Señor del Bosque. Una deidad anterior a la romanización que fue capaz de resistir a los inquisidores y a la cruz cristiana. Un ser que entra (o puede entrar) en la misma categoría que el Yeti o el Bigfoot, una criatura humanoide de enormes dimensiones, cubierto de pelo, con un pie de hombre y una pezuña, un símbolo de su atavismo. Un superviviente de otra época, de un tiempo anterior al propio hombre.

Basajaun no es un ser diabólico, por el contrario se muestra sensible con los problemas del hombre y no duda en ofrecer su ayuda desinteresada. Un personaje recurrente en la mitología vasco-navarra del Pirineo. Como todas las criaturas del bosque es tímido, bonachón y huidizo, un ser protector del bosque que nos defiende de los peligros que nos acechan.

martes, 21 de agosto de 2018

FAUNA AFRICANA.



África es complicada. Los temas más acuciantes del continente son, en efecto, de cariz político, económico y médico. El paisaje mismo a menudo es un campo de batalla, no sólo entre ejércitos sino entre puntos de vista opuestos sobre explotación, conservación y gestión de recursos. África está llena de problemas que requieren análisis cuidadosos, debates serenos, decisiones difíciles, compromiso y planificación, todo lo cual exige diplomacia y sociología. Pero más allá de las complejidades, un hecho destaca en este nuevo milenio: África es una reserva extraordinaria de fauna. El lugar más fabuloso para los animales de gran tamaño.

Este hecho, que parece tan simple, es complicado de por sí. Para empezar, el inventario de especies es de una diversidad apabullante: tres grandes felinos (león, leopardo y guepardo), siete pequeños felinos (como el caracal y el serval), dos especies de elefante (de sabana y de selva), dos rinocerontes (negro y blanco), dos hipopótamos (normal y enano), dos jirafas ( la corriente y el okapi), tres especies de grandes simios no humanos (gorila, chimpancé y bonobo), tres cebras, nueve especies de gacela, diecinueve de duiqueros, decenas de monos, cinco especies de babuinos, un sinfín de jinetas y civetas, seis especies de cerdos, cuatro pangolines, tres reduncas, varios antílopes equinos, varios antílopes enanos, nueve especies de bóvidos con cuernos espirales (entre ellas el bongo, el sitatunga, y el eland), dos especies de ñúes, un cerdo hormiguero, un lobo de tierra, el dril y el mandril, el antílope cabrío, el damalisco sudafricano, el oryx de El Cabo, el búfalo africano, el íbice de Nubia, tres hienas, tres chacales, el lobo de Semien, el licaon y otros muchos mamíferos, por no hablar del avestruz, tres especies de cocodrilos, la pitón de seba, tiburones y numerosos peces grandes en aguas litorales, así como animales terrestres de menor tamaño de todas las clases imaginables. Un conjunto espectacular, tanto en variedad como en abundancia, sin rival en ninguna otra parte del mundo contemporáneo. Pero para apreciar plenamente lo que hay en África, es preciso considerar lo que no hay en otros lugares, y por qué.

Esa es la labor de los paleontólogos que estudian la flora y la fauna del pasado. Sus datos proceden del registro fósil, y su vasto calendario de la historia de la Tierra está jalonado de episodios de extinciones masivas, cada uno de los cuales representa la pérdida abrupta de parte de la diversidad biológica y marca el límite entre dos unidades temporales. Por ejemplo, al final del cretácico, hace 65 millones de años, no quedaban dinosaurios supervivientes, y precisamente la desaparición de los dinosaurios es uno de los factores que definen el final de ese período. Al final del permico, hace 245 millones de años, se produjo otra extinción masiva, catastrófica y repentina, que extermino alrededor del 95% de las especies animales existentes entonces. El pleistoceno, que finalizó hace 10.000 años, también es conocido por sus extinciones, especialmente de mamíferos grandes y aves enormes e incapaces de volar. Los mamuts y mastodontes se extinguieron junto con los perezosos gigantes, osos gigantes, castores gigantes, tigres de diente de sable, canguros gigantes e infinidad de animales enormes. Muchas de las extinciones del pleistoceno se produjeron hacia el final del periodo, sobre todo en América del Norte, América del Sur, Australia, Nueva Zelanda y Madagascar. ¿Cual fue su causa? Nadie lo sabe. Algún tipo de cambio nefasto, misterioso y aún debatido por los expertos, afectó a esos continentes e islas en particular. Probablemente la llegada de los humanos a esas tierras, armados, peligrosos y hambrientos, fue parte del problema.

África fue diferente, África sólo sufrió pérdidas modestas de fauna durante el pleistoceno (que comenzó hace alrededor de 1,8 millones de años) y ningún episodio extendido o grave de extinciones simultáneas al final del período.


La mayoría de los grandes mamíferos africanos de hace 20.000 años han sobrevivido y son los grandes mamíferos africanos de hoy. Por este motivo se dice que el continente africano es el "pleistoceno viviente", porque nos recuerda una época, antes del auge de Homo sapiens,  en que el planeta era realmente grande y salvaje.

Pero recordemos otra cosa: la supervivencia de la fauna africana no ha dependido de la ausencia de humanos. Por el contrario, se ha producido con la presencia constante del hombre. La nuestra es una especie africana, al menos por origen. Aparecimos en ese continente y allí adquirimos nuestro aspecto actual, el tamaño de nuestro cerebro, nuestros instintos sociales y nuestro sentido de la identidad durante milenios viviendo como miembros de los violentos ecosistemas africanos. Los animales se adaptaron a nuestra presencia, a la lenta pero radical mejora de nuestras capacidades, del mismo modo que nosotros nos adaptamos a vivir con ellos. Una de las lecciones aprendida por los pueblos africanos en el camino a la civilización, y evidentemente no exportable cuando los humanos se dispersaron hacia otras tierras, fue la posibilidad y la equidad de convivir con otras especies, aunque algunas fueran tan amenazadoras como la nuestra.

Fue una virtud derivada de la necesidad. Hoy esa necesidad ha desaparecido. Matar animales, exterminar especies y destruir sus hábitats es fácil con nuestras herramientas actuales. Proteger los últimos grandes animales en sus entornos, pese a las necesidades humanas y las presiones, es más difícil. Pero he ahí una idea esperanzada, descabellada y salvaje; quizás el Africa moderna sea el lugar donde podamos redescubrir como hacerlo.

David Quammen. National Geographic, Septiembre 2005. 


lunes, 20 de agosto de 2018

ALCIONE Y CEICE



Alcíone era hija de Éolo, guardián de los vientos, y Egialea. Se casó con Ceice de Traquis, hijo del Lucero del Alba, y fueron tan felices con su mutua compañía que ella se atrevió a llamarse a sí misma Hera y a su esposo, Zeus. Esto, como es natural, molestó a los olímpicos Zeus y Hera, quienes desencadenaron una tormenta sobre el barco en el que viajaba Ceice para consultar con un oráculo y le ahogaron. Su ánima se apareció a Alcione, quien, muy contra su voluntad, se había quedado en Traquis y en consecuencia, enloquecida por la pena, se arrojó al mar. Algún dios compasivo los transformó a ambos en martín pescador.

Ahora, cada invierno, la martín pescadora lleva a su macho muerto con grandes lamentos a su entierro y luego construye un nido muy compacto con las espinas de la ortiga de mar, lo lanza al mar, pone sus huevos en él y empolla sus polluelos. Hace todo eso en los Días del Alción, o sea, los siete que preceden al solsticio invernal y los siete que le siguen, mientras Éolo prohibe a sus vientos que agiten las aguas.

Pero algunos dicen que Ceice se transformó en una gaviota.

Robert Graves. 
Los Mitos Griegos.


domingo, 19 de agosto de 2018

AULERCIOS.



Poderosa confederación de tribus galas que extendía sus dominios entre el Sena y el Loira. Branovices, eburovices, cenomanos y diablintes conformbana esta confederación de marcado talante militar. Algunos de estos grupos atravesaron los Alpes y se asentaron en tierras italiana.  

sábado, 18 de agosto de 2018

AURITZ/BURGUETE.




La pequeña villa de Auritz/Burguete, instalada en la falda del Pirineo, nació como burgo comercial y artesanal de Roncesvalles, para ofrecer servicios al monasterio y a los peregrinos que cruzaban la frontera.


La calle (y carretera) principal de Burguete se alarga buscando el valle. El caserío se dispone a ambos lados de la carretera, una disposición típica de un pueblo del Camino de Santiago (esos que denominamos camineros).


La vía utilizada por los peregrinos medievales seguían el trazado de una calzada romana que iba de Astorga a Burdeos (Burdigalia), y que cruzaba la actual Auritz, una localidad que mantiene vivo el recuerdo de sus vecinos que murieron, entre terribles sufrimientos, en las llamas de la hoguera (un fuego purificador).


Salimos del bosque muy temprano, por la carretera enlazamos con Burguete y el Camino de Santiago atraviesa el casto urbano por la calle San Nicolás. Hemos madrugado demasiado, la iglesia más importante de la localidad, San Nicolás, estaba cerrada (como la mayoría de los templos por los que pasamos delante de sus puertas), llovía, y hacía frío.


A escasos 2.700 metros de Roncesvalles nos encontramos con su antiguo burgo, donde las casas se disponen a ambos lados del camino, un bello ejemplo de pueblo-calle.. Se trata de una típica villa navarro-pirenaica, con sus arrogantes casas blasonadas de rancio abolengo. En los dinteles de algunas de estas casonas, aparecen sus constructores (el matrimonio) y la fecha de su edificación.


Una parada en el larguísimo Camino de Santiago y una parada en la ruta de Hemingway. Unos cuantos días antes – o unos pocos después – de las multitudinarias fiestas de San Fermín, Ernest Hemingway, acompañado de su mujer y de sus amigos se desplazaban hasta aquí a disfrutar de unos días de asueto en el Hostal Burguete. Al escrito estadounidense le gustaba pasear por el bosque e ir al río a pescar unas truchas, desconectar de su trabajo como periodista y disfrutar del paisaje. Navarra fue destino de Hemingway entre 1923 y 1959, desde que encontró en las fiestas algo de la emoción que buscaba para su vida. El bosque de Irati y los encierros de San Fermín, dos mundos contrapuestos, y en cierto sentido (alguno), complementario, inspiraron al Premio Nobel algunas de sus obras. Su quehacer literario le dio a Navarra una proyección internacional que cada vez coge mayor impulso. Para entender el genio de Hemingway y su obra, basta pasear por los lugares que le cautivaron: Pamplona, Burguete, Lekunberri, Aribe, Yesa...


Atravesando Burguete, en el valle del Esteribar, camino de Pamplona, los Pirineos quedaron atrás.




viernes, 17 de agosto de 2018

CATEDRAL DE SCHLESWIG.




La historia de Schleswig y sus alrededores se ha definido durante siglos a partir de dos focos la Catedral de San Pedro y el Castillo de Gottorf.


Una basílica románica de toba volcánica y arenisca, cuya construcción comenzó alrededor de 1000, incorporando un león, que originalmente protegía la entrada de la catedral. El fundador fue, posiblemente Waldemar I.


Durante el siglo XIV, se construyó el corredor de la procesión, conocido como Schwahl, que significa corredor fresco en bajo alemán. Y durante la centuria siguiente la nave central sufrió una nueva transformación.


Parte del interior medieval aún se conserva, como los tres reyes, figuras de tamaño natural que datan del siglo XIII.



El altar, tallado por Hans Brüggemann, entre 1514 y 1521, es la principal atracción de la catedral.






Se introdujeron obras renacentistas de alta calidad de origen holandés en la catedral, una de ellas de Cornelis Floris de Amberes en 1551-55, la tumba de mármol del rey Friedrich I de Dinamarca, uno de los ejemplos más significativos de su obra en el país.


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