Conduciendo por la
Liguria italiana descubrí hace varios años uno de los pueblos más
bonitos que he tenido la suerte de conocer, Dolceaqua. Durante un
tiempo, esta localidad, famosa por la producción del "vino
rossesse" fue la capital del Señorío de Dolceaqua
(posteriormente Marquesado), una entidad política independiente
gobernada por una rama de la poderosa familia genovesa de los Doria.
El Castillo Doria del
siglo XV, desde la altura vigila y protege Dolceaqua, un enclave
situado en una excelente posición estratégica entre el Ducado de
Saboya y la república marinera de Génova, y muy cerca de la
frontera con el Reino de Francia.
En 1276 Oberto Doria
compró Dolceaqua al Conde de Ventimiglia, comenzando una duradera
relación, de la entonces aldea, con la poderosa familia, y dando
origen al Señorío de Dolceaqua.
Durante el periodo de la
Señoría (1276 - 1651) surgen diversos líderes, entre los que
destacan "I detto Il Tirano" (1348 - 1387) responsable de
enemistades con ciudades vecinas, del arbitraje en los impuestos y
aduanas, y de la abolición del ejercicio del "derecho de
pernada" en 1364 después de una insurrección popular. Los
enfrentamientos con la vecina Ventimiglia fueron más habituales de
los conveniente.
Otro de los dirigentes
del señorío que ocupa un lugar destacado fue Enrichetto I (1421 -
1459) que actualizó los estatutos de la "signoría" y
reforzó el castillo para hacerlo más invulnerable ante asedios y
destrucciones.
En 1652 la señoría se
convirtió en el Marquesado de Dolceacqua y en época de Napoleón
desapareció como entidad independiente.
El castillo, símbolo
omnipresente de la ciudad fue construido por los Condes de
Ventimiglia y posteriormente reforzado y ampliado por los Doria.
Durante el Renacimiento fue una casa señorial fortificada y en el
siglo XIX un terremoto lo dejó prácticamente en ruinas.
El precioso puente
románico, que dibuja un escorzo que parece imposible fue construido
en el siglo XV para conectar las dos zonas de Dolceaqua.
No es de los más conocidos, pero
Dolceacqua es uno de los pueblos más bonitos y con más encanto de
Italia.
Pasaggios se ocultan al
Sol, auténtico laberinto para escapar del día, el castillo Doria se
alza majestuoso y los callejones se desparraman desde sus pies y
bajan vermiforme hasta alcanzar el río. Una de las más bellas
localidades no sólo de Liguria, sino de toda Italia. La localidad
presume de ser la "madre" del gran almirante Andrea Doria,
pero lo más bonito de Dolceaqua es su puente, que lanza un escorzo
para atravesar en volandas el rio e iniciar la ascensión hacia el
Castillo Doria. Un pequeño pueblo para escapar y esconderse de la
soporífera realidad cotidiana.
.
. . un castillo en ruinas
desde
donde serpentea
un auténtico dédalo de callejuelas
que van a
morir
a la orilla de un pequeño río . .