¿Quién eres tú?.
La muerte.
¿Es qué vienes por mí?
Hace ya tiempo que camino a tu lado.
Ya lo sé.
¿Estás preparado?
El espíritu está pronto, pero la carne es débil. Espera un momento.
Es lo que todo decís. Pero yo no concedo prórrogas.
Tu juegas al ajedrez ¿verdad?.
¿Cómo lo sabes?
Lo he visto en pinturas y lo he leído en canciones.
Pues sí, realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
No creo que seas tan bueno como yo.
¿Para qué quieres jugar conmigo?
Es cuenta mía.
Por supuesto.
Juguemos con una condición, se me ganas me llevarás contigo. Si pierdes la partida me dejarás vivir.
Con esta trascendental
conversación comienza el Séptimo Sello, una profunda reflexión
sobre el sentido de la vida y el significado final de la muerte.
Ambos contendientes, la Muerte, de negro riguroso y tez blanquecina,
y el caballero cruzado, cansado de la existencia, carcomido por los
remordimientos mas lleno de interrogantes, disputan una reñida
partida de ajedrez, mientras se van incorporando a la historia otros
personajes con sus venturas y desventuras, todo en el marco de una
sociedad medieval crédula y profundamente religiosa.
Retrato de una sociedad
humana (medieval o de cualquier época) con sus miedos y sus
supersticiones, y la presencia constante de un dios vengador en
cualquier ámbito de la vida. Una obra maestra del séptimo arte que
toca los temas claves que han preocupado al ser humano desde el
principio de los tiempos.
Mi corazón está
vació, el vació es un espejo puesto delante de mi rostro.
El pintor Albertus Píctor, uno de los más reconocidos artistas suecos de la Edad Media
ilustró muchas iglesias con sus danzas macabras.
Medita hermano el
hecho cierto
hoy estás sano mañana
muerto
si breve fue el placer
largo será el
padecimiento.
Sensualidad, deseo,
lascivia.... ¿pecados de la carne o deseos terrenales?
Teatro, música, mímica
y farándula como catarsis.
La terrible peste negra
causa estragos en pueblos y aldeas, flagelantes se someten a suplicio
en una búsqueda desesperada de la redención y el perdón.
Juglares y monjes, cada
uno a su manera, buscan lo mismo, encontrar el sentido de la vida,
¿Dios o arte?.
Una triste campaña de
penitentes atraviesa un valle de lágrimas.
El amor, el buen humor,
la solidaridad, la amistad y la familia se convierten en bálsamo y
panacea que cura todo mal y ayuda a superar cualquier contratiempo.
Una sociedad patriarcal
y machista encuentra en la mujer, bruja o eterna Eva tentadora, la
causa y el origen de todos los males que azotan este mundo.
La muerte se revela como
la única certeza que tenemos de la existencia; vive la vida ya que
tarde o temprano se acaba.
El Séptimo Sello es en
definitiva, una danza de la muerte filmada con maestría por el gran
Ingmar Bergman. Un halo poético recorre el film de principio a fin.
La parca con las alas
extendidas acecha en todo tiempo y lugar.
La vida se sobrepone,
siempre termina abriéndose camino.