La emperatriz Livia,
esposa de Augusto, aparece en esta escultura representada como
“Fortuna” portando la cornucopia, la deidad que otorga a los hombres prosperidad,
abundancia, y una pizca de buena suerte. Livia fue divinizada por su
nieto Claudio y esta imagen se incluye en el culto imperial como un
medio más de propaganda política, y lo que es más importante, el
engrandecimiento la propia dinastía Julio-Claudia. La escultura de
mármol procede de Baena (Córdoba).
Alguna lo habeis sentido
Hace 4 horas
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