Algunos
dicen que al principio reinaba la Oscuridad y de la Oscuridad nació
el Caos. De la unión entre la Oscuridad y el Caos nacieron la Noche,
el Día; el Erebo y el Aire. De la unión de la Noche y el Erebo
nacieron el Hado, la Vejez, la Muerte, el Asesinato, la Continencia,
el Sueño, los Desvaríos, la Discordia, la Miseria, la Vejación,
Némesis, la Alegría, la Amistad, la Compasión, las tres Parcas y
las tres Hespérides. De la unión del Aire y el Día nacieron la
Madre Tierra, el Cielo y el Mar. De la unión del Aire y la Madre
Tierra nacieron el Terror, la Astucia, la Ira, la Lucha, las
Mentiras, los Juramentos, la Venganza, la Intemperancia, la Disputa,
el Pacto, el Olvido, el Temor, el Orgullo, la Batalla, y también
Océano, Metis y los otros Titanes, Tártaro y las Tres Erinias o
Furias. De la unión de la Tierra y el Tártaro nacieron los
Gigantes.
De
la unión del Mar y sus Ríos nacieron las Nereidas. Pero todavía no
había hombres mortales, hasta que, con el consentimiento de la diosa
Atenea, Prometeo, hijo de Jápeto, los formó a semejanza de los
dioses. Para ello utilizó arcilla y agua de Panopeo en Fócide y
Atenea les insufló la vida.
Otros
dicen que el Dios de Todas las Cosas —quienquiera que pudiera haber
sido, pues algunos lo llaman Naturaleza— apareció de pronto en el
Caos y separó la tierra del cielo, el agua de la tierra y el aire
superior del inferior. Después de desenredar los elementos los puso
en el orden debido, tal como está en la actualidad. Dividió la
tierra en zonas, unas muy calurosas, otras muy frías y algunas
templadas; la moldeó en forma de llanuras y montañas, y la revistió
con hierba y árboles. Sobre ella puso el firmamento rodante, al que
tachonó con estrellas, y asignó posiciones a los cuatro vientos.
Pobló también las aguas con peces, la tierra con animales y el
cielo con el sol, la luna y los cinco planetas. Finalmente, hizo al
hombre —quien, único entre todos los animales, alza su rostro
hacia el cielo y observa el sol, la luna y las estrellas—, a menos
que sea cierto que Prometeo, hijo de Jápeto, hizo el cuerpo del
hombre con agua y arcilla, y que el alma le fue proporcionada por
ciertos elementos divinos errantes que habían sobrevivido desde la
Primera Creación.
Robert
Graves.
Los Mitos Griegos.
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