Construído
siguiendo el más exquisito estilo gótico imaginativo, con algunos
elementos de fantasía, el Castillo de la Bella Durmiente tiene su
origen en un sencilla atalaya.
El
soberano levantó la torre para vigilar el bosque, tener controlados
a los tragos y mantener bien lejos a la bruja Maléfica.
Paulatinamente
el castillo fue abandonando su función defensiva y se fue
convirtiendo en una lujosa residencia en la que los elementos
ornamentales destacan por encima de los paramentos defensivos, eso
sí, nunca perdió su impronta medieval.
La
tradición cuenta que el príncipe Phillippe construyó esta
fortaleza encima de la guarida de un fiero dragón al que había dado
muerte.
Los
muros de este castillo han sido testigos de sortilegios, hechizos,
lágrimas y tragedia. Pero también de celebraciones, dicha y
alegría.
Las
fuentes documentales más fidedignas son las escritas por Charles
Perrault y los hermanos Grimm, aunque la versión de Walt Disney de
la historia es la que ha acabado por imponerse.
Esbeltas
torres troncocónicas rematadas por cúpulas afiladas como esbeltas
agujas. Estas torres fueron diseñadas por un arquitecto viajero
después de observar los minaretes que construyeron los otomanos en
Oriente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario