En
la capilla de San ildefonso, en la Catedral del Salvador de Ávila,
encontramos el sepulcro de Pedro González de Valderrabanos,
recostado, rostro joven y en reposo, a la espera de la resurrección.
A los pies, su paje recostado, símbolo de la fidelidad. La obra
escultórica se atribuye a Juan Guass.
Pedro
de Valderrabanos fue un hombre destacado en la Castilla Bajo
Medieval, consejero del rey Juan II y contrajo matrimonio con Juana
Dávila.
Lo
más curioso del conjunto es el escudo familiar, en el que aparecen
dos extraños personajes, un mono encadenado tirando del pelo a una
mujer velluda, tallado en piedra negra de Toledo.
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