Ser
hijo (y heredero) de un rey durante la Edad Media era de todo menos
fácil y placentero. Mucho antes del surgimiento del Estado Moderno y
el establecimiento de unos mecanismos de sucesión fiables, llegar a
reinar era una cuestión de confianza, fuerza y apoyos. Una especie
de democracia aristocrática, en la que cualquier individuo, en un
momento determinado, y gracias al apoyo de otros nobles, clérigos y
familiares, podía convertirse en rey. Geza I de Hungría, junto a
sus hermanos Ladislao y Lampert, peleó duro para convertirse en el
séptimo rey del joven Reino de Hungría.
Cuando
murió su padre, Bela I , el primo de Geza, Salomón , se convierte en
nuevo rey, y aunque en principio Geza huyó con su hermano a Polonia,
al poco tiempo decide regresar y apoyar a su primo. Todos los primos
juntos vencieron a los pechenegos y también se enfrentaron a los
bizantinos, pero los egos terminarían por socavar el frágil
equilibrio existente en la corte magiar. En 1074 Geza junto con sus
inseparables Ladislao y Lampert, derrotó a Salomón en la batalla de
Mogyorod. Como consecuencia de la derrota Salomón se refugió en
tierras imperiales llevándose consigo la corona húngara, y Geza fue
coronado rey gracias a una corona enviada por el emperador bizantino
Miguel VII Ducas. El papa Gregorio VII reconoce rey a Geza I, en un
capítulo más del conflicto a gran escala que enfrentaba a Papado e
Imperio; la Querella de las Investiduras.
Geza
I, conocido como “Magno” gobernó poco tiempo, pero tuvo tiempo
de fundar una abadía benedictina en Garamszentbenedek, construir la
basílica de Vak y cambió la fecha de celebración del mercado del
sábado al domingo, para impedir que participasen los comerciantes
judios. El rey húngaro contrajo matrimonio con Sofia de Looz, hija
de un noble belga, con la que tuvo varios hijos, entre ellos Colomán el Bibliófilo y Almos el Ciego. Cuando enviudó, Geza se casó con
una aristócrata bizantina llamada Sinodia.
Cuando
murió Geza, sus hijos aún eran menores de edad, y fue sucedido por
su hermano Ladislao, que se convirtió en San Ladislao, y al que Geza
había confiado la educación de Colomán y Álmos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario