domingo, 20 de marzo de 2016

GEZA I REY DE HUNGRÍA.



Ser hijo (y heredero) de un rey durante la Edad Media era de todo menos fácil y placentero. Mucho antes del surgimiento del Estado Moderno y el establecimiento de unos mecanismos de sucesión fiables, llegar a reinar era una cuestión de confianza, fuerza y apoyos. Una especie de democracia aristocrática, en la que cualquier individuo, en un momento determinado, y gracias al apoyo de otros nobles, clérigos y familiares, podía convertirse en rey. Geza I de Hungría, junto a sus hermanos Ladislao  y Lampert, peleó duro para convertirse en el séptimo rey del joven Reino de Hungría.

Cuando murió su padre, Bela I , el primo de Geza,  Salomón , se convierte en nuevo rey, y aunque en principio Geza huyó con su hermano a Polonia, al poco tiempo decide regresar y apoyar a su primo. Todos los primos juntos vencieron a los pechenegos y también se enfrentaron a los bizantinos, pero los egos terminarían por socavar el frágil equilibrio existente en la corte magiar. En 1074 Geza junto con sus inseparables Ladislao y Lampert, derrotó a Salomón en la batalla de Mogyorod. Como consecuencia de la derrota Salomón se refugió en tierras imperiales llevándose consigo la corona húngara, y Geza fue coronado rey gracias a una corona enviada por el emperador bizantino Miguel VII Ducas. El papa Gregorio VII reconoce rey a Geza I, en un capítulo más del conflicto a gran escala que enfrentaba a Papado e Imperio; la Querella de las Investiduras.


Geza I, conocido como “Magno” gobernó poco tiempo, pero tuvo tiempo de fundar una abadía benedictina en Garamszentbenedek, construir la basílica de Vak y cambió la fecha de celebración del mercado del sábado al domingo, para impedir que participasen los comerciantes judios. El rey húngaro contrajo matrimonio con Sofia de Looz, hija de un noble belga, con la que tuvo varios hijos, entre ellos Colomán el Bibliófilo y Almos el Ciego. Cuando enviudó, Geza se casó con una aristócrata bizantina llamada Sinodia.

Cuando murió Geza, sus hijos aún eran menores de edad, y fue sucedido por su hermano Ladislao, que se convirtió en San Ladislao, y al que Geza había confiado la educación de Colomán y Álmos.


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