Un
casco con cuernos sobre la cabeza, símbolo de su divinización y una
pirámide de hombres vencidos bajo sus pies, es la forma en que está
representado Naram Sin en la famosa estela conservada en el parisino
museo de Louvre, que conmemora la victoria sobre el pueblo de los lullubi.
Nieto
del legendario Sargón, Naram Sin representa el momento de mayor
esplendor del Imperio Acadio, pues recoge el testigo del fundador del
primer imperio mesopotámico, logrando dotar a la monarquía de mayor
prestigio y llevando a su pueblo al grado desarrollo más alto de su
breve historia. Este soberano continuó con la expansión militar,
alcanzando cotas nunca logradas antes, en un estado constante de
guerra, el soberano acadio conquistó las regiones de Subartu y el
País Alto en la zona del Tauro y los Zagros del Norte, anexionando
además Ebla.
En
la estela citada se representa a Naram Sin vistiendo los atributos
que lo identifican con el poder terrenal y el divino. Las hazañas
que protagonizó en vida este rey, hicieron que fuese divinizado a su
muerte, por los miembros de su comunidad. El rey comienza a ser
concebido como un ser cuasi divino, elevándose por encima del resto
de la población, como podemos observar en la estela.
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