En Bohemia Central surgió
con fuerza durante la Edad Media Kutna Hora, una ciudad dispuesta a
competir en todo con la capital Praga. Su origen está vinculado a la
explotación de las cercanas minas de plata. Un metal con el que se
fabrican monedas para alimentar el auge del Reino de Bohemia.
El primer asentamiento
data de 1142 cuando Sedlec se instala un monasterio cisterciense, el
primero en tierras bohemias. El despegue económico comienza en el
siglo XIII cuando el rey Wenceslao II concede título a sus minas
“Ius Regale Montanorum” a partir de la cual se acuñan moneda con
la plata arrancada de la montaña de plata. En poco tiempo Kutna Hora
se convierte en un próspero núcleo urbano, era la auténtica
Tesorería del Reino y rivaliza con Praga en poder económico,
político y cultural hasta bien avanzado el siglo XVI.
Desde los inicios del
siglo XV Kutna Hora se convierte en la segunda ciudad en importancia
del Reino de Bohemia, tras la bella capital, Praga. También fue
residencia favorita para varios reyes bohemios, que buscaban un
ambiente más tranquilo y relajado que el praguense.
La ciudad fue un
escenario de primer orden en las guerras husitas. En 1420 el
emperador Segismundo instaló aquí su base de operaciones. Poco
después fue tomada por el ejército de los husitas que fue asediada
en su interior. A cañonazos y utilizando toda la potencia de fuego
de sus famosos carros, Jan Ziska logró romper el cerco y ponerse a
salvo. Tras una trabajada reconciliación en 1422, las tropas
imperiales incendiaron la ciudad para evitar que volviese a manos
rebeldes.
A partir del siglo XVI
comienza una lenta caída libre, en la Guerra de los Treinta Años es
dañada por las tropas suecas, en 1770 es devastada por el fuego y en
la siguiente centuria son abandonadas las minas.
El turismo, actividad
típica (y tópica) del siglo XXI ha vuelto a situar a Kutna Hora en
el mapa de no sólo de la República Checa, sino de Europa.
La Iglesia de Santa
Bárbara, impresionante ejemplo del gótico bohemio, es el principal
templo de la ciudad.
En lo que arquitectura
civil respecta, destaca el Palacio Gótico Hrádek, vivienda de una
familia patricia urbana
La Corte Italiana era la
residencia regia y también cumplia funciones de casa de la moneda.
A pesar de toda su
belleza arquitectónica y su rico legado histórico, Kutna Hora es
una Praga en miniatura, pero sin la magia ni el encanto de la capital
embellecida por el emperador Carlos IV.
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