Soto del Barco es una localidad
por la que transitan los peregrinos, pero en la que no se siente con
mucha fuerza el espíritu jacobeo. Nos encontramos con un población
relativamente joven, pues se convierte en municipio independiente de
Pravia en el año 1836.
El municipio forma parte de la
Mancomunidad de las Cinco Villas junto a Muros de Nalón y Pravia.
Cudillero y Sala, miembros fundadores, abandonaron la agrupación.
La iglesia parroquial fue
construida en 1942 y el edificio del ayuntamiento en 1896.
Algunos indianos volvieron de
las Américas cargados de fortunas que en ocasiones revertían en el
propio pueblo. El cine municipal fue construido en 1920 gracias a la
aportación económica de uno de esos indianos.
El Palacio de la Magdalena,
actualmente un lujoso hotel, fue levantado por la familia Llano Ponte
en el siglo XVIII. En 1810 fue cuartel de las tropas del Mariscal
Ney.
Lo mejor, sin embargo, la tabla de quesos asturianos que degustamos en la Cafetería Bulevar.
Lo mejor, sin embargo, la tabla de quesos asturianos que degustamos en la Cafetería Bulevar.
El cercano castillo de San
Martín, cuyo elemento más visible es el torreón, debía cumplir la
función de vigilar y defender la desembocadura del río Nalón.
Aunque el pequeño pueblo en
sí, no es nada del otro mundo, los alrededores son una auténtica
maravilla paisajística.
La vida de Soto del Barco gira
en torno al río y a la huerta enriquecida por sus aguas.
Un pueblo de indudable
tradición marinera, de ahí su toponimia.
Avanzamos por el Occidente
asturiano, rumbo a Galicia, Compostela en el horizonte.
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