viernes, 20 de septiembre de 2019

SOTO DEL BARCO.




Soto del Barco es una localidad por la que transitan los peregrinos, pero en la que no se siente con mucha fuerza el espíritu jacobeo. Nos encontramos con un población relativamente joven, pues se convierte en municipio independiente de Pravia en el año 1836.


El municipio forma parte de la Mancomunidad de las Cinco Villas junto a Muros de Nalón y Pravia. Cudillero y Sala, miembros fundadores, abandonaron la agrupación.


La iglesia parroquial fue construida en 1942 y el edificio del ayuntamiento en 1896.


Algunos indianos volvieron de las Américas cargados de fortunas que en ocasiones revertían en el propio pueblo. El cine municipal fue construido en 1920 gracias a la aportación económica de uno de esos indianos.


El Palacio de la Magdalena, actualmente un lujoso hotel, fue levantado por la familia Llano Ponte en el siglo XVIII. En 1810 fue cuartel de las tropas del Mariscal Ney.


Lo mejor, sin embargo, la tabla de quesos asturianos que degustamos en la Cafetería Bulevar.


El cercano castillo de San Martín, cuyo elemento más visible es el torreón, debía cumplir la función de vigilar y defender la desembocadura del río Nalón.


Aunque el pequeño pueblo en sí, no es nada del otro mundo, los alrededores son una auténtica maravilla paisajística.


La vida de Soto del Barco gira en torno al río y a la huerta enriquecida por sus aguas.


Un pueblo de indudable tradición marinera, de ahí su toponimia.


Avanzamos por el Occidente asturiano, rumbo a Galicia, Compostela en el horizonte.




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