Entre las
marismas del Rosellón y el cálido mar Mediterráneo, rodeada de
pinares se yergue esta fortaleza artillera que olvidó en su diseño
y funcionalidad los anquilosados castillos medievales. La era de la
pólvora comenzaba y era necesario estar preparado.
El Castillo
de Salses (Chateau de Salses) fue construido por orden del rey
Fernando el Católico para proteger las posesiones aragonesas del sur
de Francia. El acceso desde la autopista es fácil y directo.
La fortaleza
contaba con una guarnición que podía llegar a los 1500 hombres y
cien caballos, en caso de extrema necesidad.
El
constructor castellano Ramiro López dotó a este baluarte de un
novedoso sistema de contraminas. Se trata de un bello (y único)
ejemplo de transición entre el castillo feudal medieval y la nueva
fortaleza artillera de la Edad Moderna.
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