¿Qué
hubiera ocurrido si un extraterrestre hubiese aterrizado en la Tierra
durante el Medievo?. Una época oscura, poblada por gente analfabeta
y por sabios supersticiosos. Una búsqueda que se remonta a más de
dos mil años: China, Grecia, Egipto, el gran misterio que perseguía
la alquimia, la transformación del plomo en oro y el elixir de la
vida, aquello que permite al hombre vivir eternamente.
Alquimistas,
caballeros y extraterrestres, una historia de ciencia ficción
ambientada en una Edad Media surrealista, una serie de personajes que
presentan roles arquetípicos.
Harvey
Keitel se mete en la piel de Cleber, un caballero ambicioso, carente
de escrúpulos y muy fanfarrón. Un tipo al que se le va la fuerza
por la boca.
El Dragón
es la amenaza velada, una fuerza invisible que se intuye más que se
ve, que atemoriza a los aldeanos.
Alba es la
hija del conde, inocente y enamoradiza, víctima de un hechizo que le
tiene el alma atrapada.
Klaus
Kinski es Boecio, un alquimista y nigromante, un servidor de las
tinieblas, maestro de las artes oscuras.
Fernando
Rey es Fray Lupo un viejo clérigo, enemigo de la magia y la
superstición.
Miguel Bosé
es el joven caballero que llega desde otro mundo. ¿Ángel o Mesías?,
¿el auténtico Santo Grial o la Piedra Filosofal hecha carne?.
Un ritmo
pausado, una atmósfera envolvente, música de trompetas, clarines y
timbales, una fantasía febril difícil de calificar, un ambiente
perturbador, un delirio caballeresco de Fernando Colomo que debió
soñar en su niñez con calzar armadura y partir en busca del Santo
Grial o encerrarse en un desvencijado laboratorio de alquimia hasta
conseguir la fórmula de la Piedra Filosofal.
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