En el año
1777 el general británico John Burgoyne pretendía aplastar
definitivamente el levantamiento de las colonias, borrando del mapa
cualquier intento de resistencia por parte de los valientes colonos.
Con un ejército compuesto por una fuerza de regulares británicos,
indios y mercenarios alemanes, diseñó una ambiciosa campaña cuyo
objetivo era dar el golpe de gracia a la guerra; una ofensiva
coordinada desde tres direcciones con la intención de aislar Nueva
Inglaterra del resto de colonias.
Dividir
sus tropas fue un tremendo error de cálculo que el ejército
británico pagó muy caro. Burgoyne partiría desde Canadá en
dirección a Albany. El segundo cuerpo de ejército, con Barry St.
Leger al frente avanzaría hacia el sudoeste para reunirse con
Burgoyne en Albany. El tercer avance sería dirigido por William Howe
que desde Nueva York avanzaría hacia el norte a lo largo del Hudson
con la intención de inmovilizar cualquier tropa estadounidense.
Burgoyne
logró superar el primer obstáculo que encontró, el fuerte
Ticonderoga, aunque la columna avanzaba a duras penas, continuamente
hostigada por los guerrillas coloniales. Además el ejército
británico comenzaba a sufrir la escasez de alimentos y de
pertrechos.
Durante
ese tiempo el coronel John Stark había reunido un ejército rebelde
de unos 1500 hombres en Bennington. La plana mayor inglesa ordenó
cavar trincheras y preparse a defender la posición. El 16 de agosto
Stark lanzó un temerario ataque al grito de ¡Los derrotaremos
antes de esta noche o Molly Stark se quedará viuda!. Los
americanos cargaron y obligaron a retroceder a los flancos
británicos. El caos se apoderó de la posición inglesa, muchos
merecenarios huyeron en desbandada, 200 británicos murieron y 700
hechos prisioneros. Burgoyne empezaba a sospechar que su plan
empezaba a deshacerse. No obstante continuó avanzando.
Lo peor
para Burgoyne estaba por llegar. El ejército de St. Leger era
derrotado y detenido en la batalla de Oriskany, y sir William Howe,
que no tenía la intención de seguir al pie de la letra el plan
original, perdió demasiado tiempo combatiendo a George Washington.
Nunca lograría llegar a tiempo para ayudar a Burgoyne.
Los
momentos clave de esta campaña estaban a punto de acontecer. Horatio
Gates ocupó una posición segura en Bemis Heights, un risco elevado
sobre el río Hudson, que le otorgaba el contro de la situación y la
superioridad táctica sobre Burgoyne. El primer choque tuvo lugar en
la Granja Freeman. Benedict Arnold y Daniel Morgan comandaban el ala
izquierda. Los fusileros de Morgan encabezaron al devastadora
ofensiva sobre el ala británica y Benedict Arnold dirigió el cuerpo
de reserva para aumentar la presión sobre los británicos. Esa noche
un apesadumbrado Burgoyne cifró las bajas en 600 hombres.
La
situación era desesperada, escaseaban los suministros, su fuerza
menguaba día a día por las deserciones y la enfermedad, y los
esperados refuerzos nunca llegarían. Sin embargo un golpe decisivo
sobre Gates podría salvar la campaña. El animoso general británico
lanzó un ataque con 1500 soldados que fue detenido por Morgan y
Enoch Poor. Durante el contragolpe, Benedict Arnold volvió a cargar
con vehemencia y cuando terminó el combate los británicos habían
perdido a otros 600 hombres.
El 17 de
octubre de 1777, el general Burgoyne se rendía en Saratoga. Esta
batalla supuso un punto de inflexión en la guerra en favor de los
colonos. El pintor John Trumbull capturó la rendición del general
británico John Burgoyne en Saratoga ante el ejército continental.
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