domingo, 14 de abril de 2019

EL CABALLERO DEL DRAGÓN.




¿Qué hubiera ocurrido si un extraterrestre hubiese aterrizado en la Tierra durante el Medievo?. Una época oscura, poblada por gente analfabeta y por sabios supersticiosos. Una búsqueda que se remonta a más de dos mil años: China, Grecia, Egipto, el gran misterio que perseguía la alquimia, la transformación del plomo en oro y el elixir de la vida, aquello que permite al hombre vivir eternamente.


Alquimistas, caballeros y extraterrestres, una historia de ciencia ficción ambientada en una Edad Media surrealista, una serie de personajes que presentan roles arquetípicos.


Harvey Keitel se mete en la piel de Cleber, un caballero ambicioso, carente de escrúpulos y muy fanfarrón. Un tipo al que se le va la fuerza por la boca.


El Dragón es la amenaza velada, una fuerza invisible que se intuye más que se ve, que atemoriza a los aldeanos.


Alba es la hija del conde, inocente y enamoradiza, víctima de un hechizo que le tiene el alma atrapada.


Klaus Kinski es Boecio, un alquimista y nigromante, un servidor de las tinieblas, maestro de las artes oscuras.


Fernando Rey es Fray Lupo un viejo clérigo, enemigo de la magia y la superstición.


Miguel Bosé es el joven caballero que llega desde otro mundo. ¿Ángel o Mesías?, ¿el auténtico Santo Grial o la Piedra Filosofal hecha carne?.


Un ritmo pausado, una atmósfera envolvente, música de trompetas, clarines y timbales, una fantasía febril difícil de calificar, un ambiente perturbador, un delirio caballeresco de Fernando Colomo que debió soñar en su niñez con calzar armadura y partir en busca del Santo Grial o encerrarse en un desvencijado laboratorio de alquimia hasta conseguir la fórmula de la Piedra Filosofal.


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