Desequilibrado, lunático, psicópata y hombre lobo. A finales del siglo XVI en las pequeñas aldeas de los alrededores de la ciudad alemana de Colonia, sede del Obispado, un hombre llamado Peter Stubbe cometió más de trece sanguinarios asesinatos, la mayoría de ellos de índole sexual.
Según la creencia popular, Peter Stubbe practicaba desde niño la nigromancia y las artes oscuras, y era capaz de adoptar la forma de un lobo para cometer terribles crímenes, repugnantes a ojos de las mentes más puras, pero deliciosamente fascinante para las cabezas más perturbadas. Acechaba a las jóvenes en el bosque, se lanzaba sobre ellas, mutilaba sus sufrientes cuerpos y disfrutaba con lascivia devorando sus corazones calientes y palpitantes.
Petter Stubbe, un terrible y malvado hechicero, que bajo la forma de lobo cometió muchos asesinatos, continuando esta doble práctica durante veinticinco años, matando y devorando hombres, mujeres y niños.
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