En el Campo dei Fiore - Roma- la intolerancia humana, y la falta de respeto total y absoluta (un mal que desgraciadamente aún no tiene cura), arrojaron a las crepitantes llamas de la hoguera a Giordano Bruno, por la osadía de pensar, de utilizar la observación, la inteligencia y el método científico, para proclamar que la Tierra giraba alrededor del Sol, y que el supremo astro era simplemente una estrella más del firmamento.
“...
existe una cantidad innumerable de soles, y un número infinito de
tierras que giran alrededor de esos soles...”
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