En un tiempo en que moros y cristianos andaban a la gresca, el rey de Aragón Alfonso I el Batallador entró a fuego en Saraqusta, conquistó la ciudad y puso fin al dominio musulmán sobre la misma.
Los musulmanes habían construido un alcázar en la ciudad y el Torreón de la Zuda hacía las veces del torre del homenaje. En la actualidad es lo único que queda en pie de aquella fortificación, a un tiro de piedra de la Plaza del Pilar y sobre las antiguas murallas romanas.
La conquista cristiana de la ciudad queda simbolizada pro el asalto y la toma del torreón de la Zuda. A partir de este momento, Alfonso I transforma el edificio en palacio y en sede de los reyes de Aragón, compartiendo dicha función, según gustos y épocas, con el Palacio de la Aljafería, hasta el siglo XIII.
En 1180 el rey Alfonso II de Aragón "el Casto" donó el edificio a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, conocida también como Orden de Malta. Durante un tiempo fue la central de la orden en la región de Zaragoza, pasando a ser la sede del Castellán de Amposta, un priorato de la Orden Militar en la Corona de Aragón.
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