El caminante se siente abrumado por la montaña, desde la lejanía ya intuye su dureza, coronada por enormes aerogeneradores (los molinos quijotescos del siglo XX) y un maravilloso monumento metálico que sirve de homenaje a los miles de peregrinos que han pasado por aquí, alcanzar la cumbre del Perdón, tiene un poco de místico y un mucho de orgásmico.
El Perdón, con una altitud máxima de 1.039 metros, es una emblemática sierra, que cierra por el suroeste la Cuenca de Pamplona, separando la capital del Reino de la Tierra de Estella, ya en las inmediaciones del Valle del Ebro. Vinculada desde antiguo con el Camino de Santiago, una serie de hospitales de peregrinos (ya desaparecidos) y modestas poblaciones se desparraman por ambas vertientes. Para el peregrino que comenzó a caminar en Roncesvalles, obviando la popular etapa que arranca en Saint Jean Pied de Port, la Sierra del Perdón es la primera dificultad seria a la que debe enfrentarse.
No siempre se llamó así, en origen su nombre era Reniega o Erreniega (un topónimo euskera) pero la construcción en su cumbre de la ermita dedicada a Nuestra Señora del Perdón en el siglo XIII, transmutó este nombre por aquel.
El alto de Perdón es la frontera natural entre la Navarra de montaña y la cerealista. Es una divisoria de aguas, en dónde el viento permanente aliviará el calor y la fatiga del ascenso.
Ibai Molero.
El Camino: una Vía Natural.
Revista Peregrino Nº 54.
La Sierra del Perdón marca un límite climático, geográfico y paisajístico entre la Cuenca de Pamplona y el Valle de Valdizarbe.
La Cuenca de Pamplona es una depresión de relieves suaves en la que predominan los sustratos margosos acompañados de depósitos fluviales. Los suelos en general son arcillosos y profundos, y en las zonas más deprimidas presentan rasgos de hidromorfía. Esta depresión está rodeada por relieves montañosos de 800 a 1.250 m de altitud. Su límite occidental lo marcan las Sierras de Andia y Sarbil, constituidas por calcarenitas y calizas; hacia el norte, los relieves calizos, areniscosos y flyschoides de los Valles de Gulina, Juslapeña y Egüés y hacia el este las areniscas de la Sierra de Aranguren. El límite sur de la Cuenca lo forman las calizas de Alaitz y los conglomerados y areniscas de la Sierra del Perdón, alineaciones que dibujan el límite entre las regiones Eurosiberiana y Mediterránea en este tramo del Valle del Ebro. En estas Sierras alternan los suelos más o menos profundos, sobre todo en las laderas y en zonas llanas, con los litosuelos de las crestas. Al sur de la Sierra del Perdón el relieve vuelve a suavizarse en Valdizarbe, donde predominan los materiales arcillo-limosos que en general dan lugar a suelos profundos; en el extremo sur del territorio, en las Nequeas, afloran los yesos. Entre la Cuenca de Pamplona y Valdizarbe el río Arga abre un desfiladero en la Sierra del Perdón, donde se refugian especies termófilas como Viburnum tinus y Pistacia lentiscus y por el que penetran numerosos elementos mediterráneos hacia el norte.
Estudio de las series de vegetación de la Cuenca de Pamplona y Valdizarbe
(Navarra, Comarca Agraria III): Interés de su cartogragía y aplicación.
Javier Peralta, José Miguel Olano y Miguel Donézar
Esta pequeña sierra a lo largo de los siglos se ha consolidado como una frontera enre dos modelos socioeconómicos diferentes. El clima húmedo oceánico y el el clima de montaña del Pirineo encuentran una barrera insalvable en el Perdón. En la vertiente sur la situación que nos encontramos es completamente diferente, un clima más cálido y seco, próximo a la variante mediterránea. Atravesamos el Alto del Perdón y dejamos atrás una comarca lluviosa, de pequeñas poblaciones ganaderas y vamos entrando en una tierra de viñedos y extensos campos de cereal, salpicadas acá y allá por pequeñas poblaciones de esforzados labriegos.
En la actualidad, en tiempos en que el sector primario es marginal, la sierra del Perdón sigue separando dos tipos de vida: la de la ciudad de la capital navarra y sus aledaños, al norte, y la de pequeñas poblaciones rurales al sur.
Carlos Mencos.
La Sierra del Perdón:de antaño abrazada a la hospitalidad.
Revista Peregrino nº131
Vinculada también a los episodios de las Guerras Carlitas, existe una preciosa estampa que ilustra el momento en que el general isabelino Vicente Genaro de Quesada la cruza a caballo durante el transcurso de la fase inicial de la Primera Guerra Carlista.
La Sierra del Perdón es un enclave natural, muy humanizado todo hay que decirlo, de gran belleza y ciertas connotaciones mágicas, que también cuenta con su leyenda. En la Fuente de la Reniega, poco antes de tocar la cumbre, el mismísimo Diablo tentaba a los peregrinos con el agua fresca, pura y revitalizadora de esta fuente, a cambio de renegar de su fe.
Hasta hace media centuria (década arriba, década abajo) los vecinos de una y otra vertiente solían subir a la cumbre en busca de los verdes pastos para sus rebaños y acudían a las laderas de la sierra para proveerse de leña. Hoy la leña y los pastos son recuerdos del pasado, y es el viento el principal recurso de la montaña. Para los ingenieros expertos en la materia, aquí sopla el mejor viento de toda Navarra, y por ese motivo se eligió el enclave para construir el Parque Eólico, que ya forma parte indisociable del paisaje. En definitiva la Sierra del Perdón separa dos climas, dos paisajes, dos formas diferentes de adaptarse al medio, y como consecuencia, dos modelos socioeconómicos y culturales distintos.
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