Shepseskaf fue el último rey de
la dinastía IV, aunque no conocemos con exactitud los lazos que lo
unían a Micerino (su antecesor). Su nombre significa Su ka es
noble. Abandonó de repente el ritual funerario de enterramiento
en pirámide y se hizo construir una tumba extravagante en Saqqara,
la mastaba el Faraun, cuya forma recordaba a un sepulcro gigantesco.
El abandono de las formas arquitectónicas tradicionales quizás haya
que relacionarlo con un crisis del estado, cuyos recursos comenzaban
a menguar, o tal vez un cambio en la concepción religiosa del
faraón.
Lo
mas notable, sin embargo, del enigmático reinado de Shepseskaf fue el
repentino abandono de los símbolos funerarios solares, y
especialmente de la pirámide. Efectivamente, este faraón hizo
construirse como tumba una enorme mastaba de forma de sarcófago al
sur de Saqqara. Esta sorprendente ruptura del ritual funerario
observado por sus predecesores implica necesariamente cambios
importantes en las concepciones religiosas del faraón que, de acuerdo
con algunos indicios, parece que debió mostrar sus preferencias por
la teología menfita, particularmente innovadora en este momento: las
especulaciones del clero de Ptah, en efecto, les habían llevado a
interesantes conclusiones particularmente en torno a una especie
de
monoteismo filosofico y también a propósito del valor de la persona
humana. Fuese lo que fuese lo sucedido en el reinado de Shepseskaf,
cuyos detalles se nos escapan en absoluto, lo que parece cierto es
que el abandono de los símbolos del ritual funerario solar debió ser
considerado como una ofensa por parte del clero heliopolitano y que
no debió contar con la aprobación de la mayor parte de los miembros
de la familia real y de los altos cargos de la administración
central. A tenor de los acontecimientos ulteriores, y a pesar de que
ignoramos cualquier circunstancia del desenlace, lo evidente es que
el reinado debió concluir en desastre: Shepseskaf es uno de los
faraones malditos de la larga historia egipcia, cuyo recuerdo fue
olvidado por los monumentos oficiales; la Dinastía IV desapareció en
medio de la mayor oscuridad, ignorándose incluso si Shepseskaf fue o
no su ultimo representante, puesto que tal vez fue sucedido
efímeramente por Dedefptah; y el primer representante de la Dinastía
V, Userkaf o Userqueres, debió el trono precisamente al apoyo del
clero de Heliopolis. Curiosamente, una serie de humildes ofrendas en
torno a su mastaba demuestran que Shepseskaf fue objeto, después de
muerto, de un cierto culto popular.
Historia del Egipto faraónico.
Josep
Padró.
No hay comentarios:
Publicar un comentario