Francois René de
Chateaubriand, defensor a ultranza de la monarquía, está
considerado uno de los fundadores de la literatura romántica en
Francia.
[…] Errando en nuestras
propias locuras, habiendo perdido toda idea clara de los jutos y de
lo injusto, del bien y del mal, recorrimos todas las formas de
constituciones republicanas. Convocamos al populacho a deliberar en
medio de las calles de París […]. Entonces salieron estos reyes
semidesnudos, sucios, embrutecidos por la indigencia, afeados y
mutilados por sus trabajos, poseyendo por toda virtud la insolencia
de la miseria y el orgullo de los harapos. La patria, caída en
semejantes manos, fue pronto cubierta de llagas. ¿Qué nos queda de
nuestros furores y quimeras?. ¡Crímenes y cadenas!.
Sobre Bonaparte y los Borbones,
1814.
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