La Monarquía Absoluta nace en
Francia, su principal teórico es Bossuet. El poder del monarca
procede directamente de Dios, y solo ante Dios debe rendir cuentas.
El rey acumula todos los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial),
el ejército y la administración. Estereotipo de monarca absoluto
Luis XIV de Francia, el Rey Sol, al que se le atribuye la frase “El
Estado Soy Yo”.
“Es solo en mi persona
donde reside el poder soberano, cuyo carácter propio es el espíritu
de consejo, de justicia y de razón; es a mí a quien deben mis
cortesanos su existencia y su autoridad; la plenitud de su autoridad
que ellos no ejercen más que en mi nombre reside siempre en mí y no
puede volverse nunca contra mí; solo a mí pertenece el poder
legislativo sin dependencia y sin división; es por mi autoridad que
los oficiales de mi corte proceden no a la formación, sino al
registro, a la publicación y a la ejecución de la ley; el orden
pública emana de mí, y los derechos y los intereses de la nación,
de los que se suele hacer un cuerpo separado del monarca, están
unidos necesariamente al mío y no descansan más que en mis manos”
Discurso de Luis XV al
Parlamento de París, 3 de marzo de 1766.
El reinado
de Luis XIV en Francia es el mejor ejemplo del absolutismo
monárquico. El soberano consigue reforzar el poder del rey frente a
los demás poderes del Estado y para conseguirlo usó todos los
medios a su alcance:
- Decidió prescindir de un valido (figura típica de reinados anteriores) y gobernar personalmente.
- Distribuyó subsidios y pensiones entre la nobleza para hacerlos depender directamente del rey y no su opusiesen a sus deseos.
- Instaló en la corte toda la administración del Estado y la convirtió en el centro cultural y político del país.
- Impulsó la centralización política, quitando el poder a los parlamentos locales y unificando las leyes y los impuestos de toda Francia. Creó, además, un cuerpo de funcionarios, los intendentes, que tenían como cometido asegurar el cumplimiento de las órdenes del rey en todas las provincias del reino.
- Acabó con la disidencia religiosa y sometió la iglesia francesa a la autoridad de la corona.
- Reclutó un poderoso ejército estatal que dependía directamente del monarca.
- Sacralizó la figura del rey con una potente campaña de propaganda que presentaba al monarca como el representante de Dios en la tierra.
El
absolutismo desarrollado por Luis XIV se convirtió en el modelo a
imitar por el resto de monarcas europeos.
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