La Historia de China es un
auténtico galimatías (imposible de desenmarañar) para los
Occidentales. En el país se refieren, con los poco precisos términos
“época antigua” o “edad feudal” a todo el periodo anterior
al final del Imperio Chino en 1911 y el establecimiento de la
República. Sin solución de continuidad se salta desde el primer
emperador, Huang Ti, al doctor Sun Yan Set fundador de la república
y a Mao Tse Tung.
Los dos mil y pico años que
separan a Huang Ti y Sun Yan Set son terreno abonado para la
fabulación, la leyenda, el misterio y la superstición. La cacareada
Revolución Cultural pretendió eliminar dos milenios de historia,
reduciéndolo a mitos y cuentos. Una etapa que terminó hace apenas
cien años. Esta es la sensación que uno tiene cuando visita China y
le cuentan su historia. Miramos al futuro, un futuro que empezó con
Mao. Cuanto daño pueden hacer los fanatismos.
Tan solo se libró del
ostracismo el sabio Confucio.
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