Boleslao I el Bravo –
Boleslaw Chrobry fue un paso más allá que su padre Miezko y no paró
hasta conseguir convertirse en rey del recién nacido estado polaco.
Boleslao sucedió a su
padre Miezko como duque independiente (y cristiano) de Polonia,
adulador y diplomático daba a los otones una de cal y otra de arena,
al tiempo que sus ejércitos conseguían aumentar sus territorios con
la anexión de Gdansk, Cracovia, Silesia y Moravia. Su experiencia
militar le permitió posteriormente defender sus fronteras con éxito.
Como todo buen
gobernante buscó aliados entre sus vecinos y se casó sucesivamente
con Enilda de Lusacia y con Judith de Hungría, hija de Geza y Sarolta, y hermana de Esteban I. Ambos cuñados se convertirían en
los primeros reyes de sus respectivos estados.
La religión fue el gran
pilar que sustentaba todas las monarquías medievales y Boleslao lo
sabía. Su buena relación con la iglesia fue determinante para que
el papa de Roma diese el visto bueno a su coronación en el año
1025.
Poco pudo Boleslao disfrutar en el trono, pues meses después
de convertirse en rey le sorprendió la muerte. Con su muerte la
inestabilidad e incertidumbres se extendieron rápidamente por
Polonia.
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