Llega la Navidad a los
gélidos parajes de Islandia, el hielo y la oscuridad sumen en la
penumbra las casas de los pescadores, las granjas y las pequeñas
aldeas, y desde la montaña, dando profundos alaridos, desciende la
monstruosa Grýla con su saco maldito, para secuestrar a los niños
que se hayan portado mal a lo largo del año.
Las sagas ya mencionan a
esta terrible criatura, utilizada para asustar a los más pequeños
de la familia, al menos desde el siglo XIII. No obstante, hasta los
siglos XVI o XVII no se vinculó sus actuaciones con la celebración
de la Navidad.
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