Azotada por el centurión,
sus hijas violadas
por simples legionarios,
mas el orgullo
permaneció intacto
dolorida en el alma
castigada en su cuerpo
ojos inyectados en sangre
terrible será la venganza
auténtica señora de la guerra
convocó a las tribus britanas
se ganó el favor de los druidas
oscureció el cielo
y lanzó al ataque
a sus fieros guerreros
negros nubarrones
se ciernen sobre el Imperio
las hordas forman un gran ejército
incendian Britania,
arrasan Londres
y a Roma una lección
que nunca olvidaría
no hay furia peor
que aquella que puede desatar
una reina ultrajada
(más de dos milenios después
sus ojos femeninos
vigilan de cerca
el Parlamento masculino)
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