La Galería del Sílex,
descubierta en 1972 por el Grupo Espeleológico Edelweiss, fue
utilizada por las gentes del Neolítico y de la Edad del Bronce para
actividades rituales, así como para explotación minera de los
nódulos de sílex que se localizan en su tramo final.
Se ha documentado la presencia
de más de cincuenta paneles de arte rupestre y la deposición de
restos humanos, concentrándose los niños en el tramo central de la
galería y los adultos en el sector de simas, con una gran
acumulación en las proximidades de su entrada original. La
fragmentación de vasos de cerámica y su dispersión por la galería,
junto a restos de fauna doméstica, evidencian una utilización espacial relacionada con rituales que nos son desconocidos.
Frente al Gran Panel, formado
por un excepcional conjunto de pinturas y grabados en el que destacan
las figuras antropomorfas, se localizan unos monumentos circulares
formados por piedras de mediano tamaño, entre los que se han
recogido fragmentos cerámicos que han permitido la reconstrucción
de varios recipientes, entre ellos un gran vaso decorado con una
figura antropomorfa similar a las grabadas e nel Gran Panel, algo
insólito en las cerámicas del norte y centro peninsular.
En la pared de enfrente, unas
cruces rojas parecen señalar la presencia, a 6 metros de altura, de
una estrecha hornacina en la que depositaron fragmentos de 7 grandes
vasijas y un hacha pulimentada, junto a restos de ovicápridos.
A lo largo de toda la galería
se observa la situación estratégica de hogueras y restos de
antorchas, que habrían facilitado su total exploración - incluso
de las zonas elevadas y simas de difícil acceso -, lo que denota el
buen conocimiento que estas poblaciones poseían del mundo
subterráneo, cuyo espacio transformaron en paisaje social y
simbólico. (Museo de la Evolución Humana de Burgos).
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