Descendiente del
legendario Rollo el Caminante e hijo ilegítimo del duque de
Normandía Roberto I el Diablo, Guillermo “el Conquistador” -
William the Conqueror o Guillaume le Conquérant- por cuyas venas
fluía sangre vikinga, un tipo duro que machacó a todos sus rivales
y zurró de lo lindo a sus opositores, ha sido, hasta el día de hoy,
el único general capaz de culminar con éxito un desembarco en la
Gran Bretaña. Algunos historiadores no han dudado en declarar a
Guillermo el auténtico primer rey de Inglaterra.
Huérfano a los ocho
años, su agitada infancia y el cambiar constantemente de hogar y de
tutor que trataban de aprovecharse de él, transformaron a Guillermo,
un muchacho robusto, en un hombre duro, dispuesto, arrojado y
valiente, en ocasiones dominado por la cólera. Su condición de
bastardo le hizo objeto de mofa y desdén por parte de los engreídos
nobles. Llegado el momento, convertirdo en duque de Normandía con
todas las de la ley, se tomó justa y violenta venganza. Obligó a
los nobles jurarle fidelidad sometiéndolos a su voluntad. Configuró
un ducado fuerte y centralizado y perfectamente organizado con un
poderoso ejército que ni el rey de Francia (del que el duque
Guillermo era vasallo) podía permitirse.
Guillermo contrajo
matrimonio con Matilde de Flandes, tuvieron no menos de nueve hijos,
fueron un matrimonio feliz y formaron un perfecto equipo de
gobernantes. Además de una brillante y amorosa esposa, su unión con
Matilde le propició un poderoso aliado, el Condado de Flandes.
Con 24 años fue
invitado a Inglaterra por su primo Eduardo el Confesor y a su regreso
al hogar contaba a todo aquel que prestase oídos que el rey inglés
había prometido nombrarlo sucesor al trono. Pero murió Eduardo y
los nobles sajones eligieron a su propio rey, Harold Gowinson de
Wessex. El obstinado duque de Normandía pertrechó naves, consiguió
que el papa Alejandro II bendijese su estandarte (y por extensión la
expedición), cruzó el canal, venció a Harold en la batalla de
Hastings y se coronó rey de Inglaterra.
Esta epopeya está
narrada de forma excepcional en una pieza única, el Tapiz de
Bayeux.
Con Guillermo sentado en
el trono inglés se produjo la división histórica (e histérica)
entre sajones y normandos. Nunca dudó en arrebatar todo a sus
antiguos enemigos (ahora sufridos súbditos) y entragarlo a los
caballeros que le acompañaron en su aventura. En pocos años la
nobleza local fue esquilmada y el campesinado sometido a
servidumbre. En 1086 reunió a todos los señores, grandes y
pequeños, a una asamblea en Salisbury, y les hizo prestar un
juramente de fidelidad hacia su persona.
Además de conquistador,
Guillermo destacó como administrador y encargó la redacción del
Domesday Book, un censo y registro de la propiedad, que recogía toda
la información necesaria para gobernar las tierras recién
adquiridas. Este documento es algo inédito en la Europa de su
tiempo.
Los últimos años de
vida los pasó luchando por conservar su posesiones y mantener el
orden en ambas orillas del canal, y en 1087 se reunió
definitivamente con el Sumo Hacedor.
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