En la histórica ciudad
de Plasencia coexisten dos catedrales medievales, y como suele
suceder en estos casos, una se denomina Catedral Vieja y la otra
Catedral Nueva. Plasencia estaba emplazada en una zona de paso en la
ruta comercial de la Plata y este carácter estratégico y comercial
obligó que a finales del siglo XII se ordenara la construcción de
un poderoso recinto defensivo con barbacanas y murallas que protegían
a su vez, un recio alcázar. Dentro de esta planificación se
proyectó también la construcción de una catedral.
La Catedral de Santa
María – Catedral Vieja – se inició en el siglo XIII y
corresponde a un estilo de transición del románico al gótico.
Plasencia fue designada sede episcopal en 1189 por Clemente III y
esta primera catedral fue concluida en el siglo XIV.
En el 1498, por deseo
del obispo Gutierrez Álvarez de Toledo se inició la construcción
de una nueva sede espiscopal, para iniciar las obras se derribaron el
crucero y parte de la cabecera del edificio anterior. El templo
empezó a levantarse según los parámetros del estilo renacentista
imperante en el momento, y en el siglo XVIII aún estaba en obras.
Por estos motivos la Catedral Nueva es un cúmulo de elementos
abundantes y variados que dan forma a un impresionante conjunto.
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