En
1134 moría Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y de Navarra, y
en su testamento legaba sus posesiones a las órdenes militares de
los Templarios, los Hospitalarios y del Santo Sepulcro. Ni que decir
tiene que los prohombres y magnates de Aragón y Navarra no estaban
dispuestos a consentir tal atropello.
La
nobleza navarra, entre los que se encontraban Sancho de Larrosa,
obispo de Pamplona, Xemen Aznar de Torres y Guillermo Aznar de
Oteiza, coronó monarca a García Ramírez, con lo qu el reino volvía
a recuperar su independencia, desvinculando sus destinos (en lo que
pudo) de los avatares aragoneses.
García
Ramírez, príncipe fuerte y valeroso si hacemos caso de las fuentes,
era hijo de Ramiro Sánchez, señor de Monzón y Logroño, y de
Cristina Rodríguez, una de las hijas del Cid Campeador. Tras la
secesión surgieron algunas desavenencias entre ambos reinos, y
Alfonso VII de León actuó como árbitro de las disputas. Más
tarde, tras enviudar de su primera esposa Margarita L'Argle, García
Ramírez contrae matrimonio con la hija ilegítima del rey leonés,
Urraca la Asturiana, estrechando los lazos entre el núcleo
castellano-leonés y Navarra.
El
rey que había restaurado la monarquía navarra se reconoció vasallo
de su suegro, tal como hizo Ramón Berenguer IV, al que acompañó en
la ceremonia en la que fue coronado y reconocido como emperador
"Imperator totius Hispaniae".Además
el rey navarro asistió al leonés en el campo de batalla,
colaborando en la conquista de la ciudad andalusí de Almería en
1147.
Por
otro lado el rey García intentó acercamientos con los condados
catalenes, intentando encontrar un aliado frente al rey aragonés que
nunca dejó de reclamar las tierras navarras, y ofreció a su hija
Blanca a Ramón Berenguer IV, un matrimonio al que el conde
barcelonés había accedido a pesar de su compromiso con la infanta
Petronila de Aragón. La muerte de garcía dejó en suspenso la boda
y su proyecto político cayó en el olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario