Luis
I - Nagy Lajos en lengua magiar - era el primogénito de Carlos
Roberto (primer rey húngaro tras la desaparición de la casa Arpad)
y de la princesa polaca Isabel Lokietek, nacido en 1326 y uno de los
más celebrados monarcas húngaros de la Edad Media.
Cuando
falleció su padre en 1342 se sentó en el trono e inició un
reinadode veinte años caracterizado por las guerras que inició y
los combates que protagonizó. En apenas dos años, 1344 - 1345 -
reconquistó Valaquia y Croacia, sin embargo, sus ejércitos fueron
derrotados por las tropas de Venecia en 1346 cerca de la ciudad de
Zadar (perpetuo punto de fricciones entre húngaros y venecianos).
A
lo largo de su reinado, además combatió en diversas ocasiones
contra Serbia, Moldavia y Bosnia, recibiendo con frecuencia la ayuda
de su tío el rey Casimiro III de Polonia. Y de forma personal
participó en los combates contra los tártaros y lituanos que habían
atacado el Reino de Polonia. En 1370, al morir Casimiro III, y en
virtud de lo pactado por su padre, Luis recibió la corona polaca,
formalizando de esta forma la unión dinástica entre los dos países.
Con
otro de sus vecinos, Carlos IV, Emperador Germánico y rey de Bohemia
mantuvo buenas relaciones, e incluso llegó a casarse con su hija
Margarita de Luxemburgo, que falleció siendo muy joven.
Posteriormente contrajo matrimonio con Isabel de Bosnia, con la que
tuvo tres hijas. Precisamente una de ellas, María, fue prometida al
hijo de Carlos, Segismundo. De esta manera el futuro emperador
Segismundo, también se convirtió en rey de Hungría.
En
política económica Luis I mantuvo vigente el sistema elaborado por
su padre, poniendo interés especial en desarrollar el comercio
interior y para ello concedió facilidades aduaneras a los
comerciantes alemanes y checos, fomentando el desarrollo de mercados,
burgos y ciudades, a los que ofreció importantes privilegios.
Además, intentó, en la medida de lo posible, debilitar el monopolio
mercantil de Venecia.
Luis
trasladó su Sede Real a la fortaleza de Diósgyor en el norte de
Hungría, remodelandolo y enriqueciéndolo. En esta época vivió el
castillo su época de mayor esplendor. Al final de su vida contrajo
la lepra, una dolencia que le retiró poco a poco de la escena
política (y pública), hasta que la terrible enfermedad acabó con
él en 1382, muriendo Luis sin dejar herederos varones.
La
historia húngara habla de Luis como "el rey caballero"
debido a sus continuas campañas militares contra los países
balcánciso, pero estos conflictos trajeron consecuencias muy
perjudiciales para el Reino de Hungría. En vísperas de la lucha
contra los otomanos, las relaciones de Hungría con sus vecinos
fueron a peor, y los estados que podían servir para taponar las
acometidas turcas, se encontraban más debilitados.
En
un país, Hungría, que sigue recordando vivamente su pasado, el rey
Luis I ocupa un lugar de privilegio, siendo uno de sus próceres más
homenajeados, y es fácil encontrarse con él, siempre con la espada en la mano y presto para la batalla, cuando viajamos a
través del maravilloso país magiar.
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