El teatro romano, junto a
las murallas y el foro, es una de las grandes operaciones
constructivas efectuadas en la primera fase de la urbanización de la
ciudad de Arles, a finales del siglo I a.C. poco después de la
fundación de la colonia romana. Inscrito dentro de la cuadrícula
romana sobre el Decumano.
Construido en la parte
más alta de la Colina Hauture, como los arquitectos del teatro no
fueron capaces de colocar el asiento en una ladera rocosa,
construyeron una estructura elevada que consistía en galerías
concéntricas, desde donde irradiaban una serie de cámaras
abovedadas, en la actualidad no queda más que el esqueleto.
El muro exterior estaba
formado por tres niveles de arcadas. Muchas actuaciones tuvieron
lugar aquí en honor a los dioses. La entrada era libre para
disfrutar de tragedias, comedias, mimos y pantomimas.
Durante la Edad Media el
teatro fue usado como cantera para la construcción de edificios.
En 1651 las primeras
excavaciones realizadas en el teatro sacaron a la luz la famosa
"Venus de Arles" actualmente expuesta en el Louvre.
Dos mil años inventando
farsas reales, dos milenios llevan las piedras ahí, pero las
tragedias que contemplaron, durarán mucho más. Lo fascinante y
mágico del teatro (virtud que comparte con la mitología) es su
capacidad de utilizar escenas imaginarias y palabras inventadas para
contar historias eternas y explicar verdades universales.
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