Tirando
de intuición, y siguiendo algunas flechas, a veces, pero solo a
veces, llegamos a lugares como este. En la sueva y verde campiña
eslovena, muy cerquita de la frontera con Croacia, en un entorno
idílico (casi edénico), rodeado de altísimos pinos negros,
encontramos, casi por casualidad el Castillo de Sneznik.
Los
orígenes de este castillo se remontan al siglo XI, cuando se
construyó para proteger las importantes vías de comunicación que
atravesaban los profundos bosques de la región en dirección a
Istria y a Kvarner. Siglos después se fue convirtiendo en una lujosa mansión donde vivieron varias familias nobles que dedicaban su tiempo libre (prácticamente todo el tiempo de una vida nobiliar) a las cacerías en los bosques cercanos.
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