Estas pequeñas
estatuillas, fechadas entre los siglos VI y I a.C, durante la Edad
del Hierro, halladas en la provincia de Jaen, son exvotos
pertenecientes a la cultura ibérica. Se trata de regalos, ofendas y
presentes para los dioses, que cumplen la misma función que hoy día
siguen cumpliendo las flores, las velas y los cirios en los templos
católicos.
Lo más llamativo, sin
duda, son sus rostros. Y enseguida, surge el misterio, ¿a quién
representan?. Se trata de formas que rozan el mundo surrealista y de
pesadilla, la ensoñación y lo absurdo. Seres con rostros
reptilianos que nos retrotraen al cine de ovnis y de extraterrestres que devorábamos en nuestra primera juventud.
Una auténtica vanguardia artística de la protohistoria, y otro
fascinante misterio (sin resolver) de nuestro pasado más remoto.
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