Apenas siete kilómetros para abandonar la montaña sin alejarnos definitivamente de ella. Partiremos de Roncesvalles, atravesaremos el robledal de las brujas, visitaremos fugazmente Burguete y finalizaremos en la apacible localidad de Espinal.
Hace una temperatura agradable, fresca, como un verano alemán. La niebla se disipó y las nubes se marcharon, el Sol ilumina, pero hoy (28 de junio a media mañana) no caliente. Un inmaculado cielo azul se funde en el horizonte con las montañas.
Iniciamos a caminar a 960 metros de altitud. El fresco de la montaña revitaliza cuerpo y mente. Cuando llega el verano, en una viaje inverso a la mayoría de los turistas, abandonamos las calurosas playas de mar Mediterráneo, y buscamos refugio en las montañas del norte peninsular. En ese sentido, el Pirineo es un auténtico paraíso.
Verde y azul. Dos colores genuinos de nuestro planeta, que lo diferencian del resto de nuestros vecinos del Sistema Solar. Los colores de la vida.
Nos giramos, paramos unos instantes, volvemos a mirar el recinto, nos despedimos de Roncesvalles. Hasta la próxima vez que nuestros pies pisen este enclave.
Una sencilla placa y un significativo relieve en una roca rememoran la mítica batalla de Roncesvalles, aquella en la que los vascones emboscaron a la retaguardia carolingia. La batalla en que el emperador Carlomagno, el hombre más poderoso de Europa en aquellos momentos, no pudo evitar que su sobrino, el paladín Roldan, cayese muerto. La misma batalla que acabó convertida en uno de los más hermosos cantares de gesta medievales, la Chanson du Roland.
La iglesia de Santiago o de los peregrinos, un pequeño templo del siglo XIII, funcionó como parroquia hasta el siglo XVIIII.
El edificio más antiguo de Roncesvalles es esta Capilla del Espíritu Santo, fechada entre 1170 y 1210, aparece descrita en el Poema, La Preciosa, de principios del siglo XIII. También es conocido como Silo de Carlomagno, pues es tradición que aquí fueron enterrados los soldados francos caídos en la batalla de Roncesvalles.
Hostal Restaurante la Posada, siempre preparado para recibir a viajeros, caminantes, turistas y peregrinos. Su menú del día merece mucho la pena.
790 kilómetros para disfrutar de la naturaleza, la sociedad humana, y la vida en su máxima plenitud. Ahora parece mucho, pero pasará en un suspiro. No es la primera vez que pasamos por aquí, y a buen seguro no será la última. Durante los largos meses de trabajo, muchas noches nos vamos a la cama, cansados de la monotonía diaria, soñando (despiertos) con llegar hasta aquí, y comenzar a caminar. Y es que, aunque gran parte de la sociedad actual lo hay olvidado, los seres humanos fuimos diseñado para eso, para caminar.
Amarillo, rojo, blanco, negro, el jilguero adulto luce una preciosa gama de colores, que lo hacen inconfundible.
En este punto comenzamos el camino que nos llevará a Burguete.
La Cruz de los Peregrinos (Erromesen Gurutzea), situada en una de las orillas de la carretera que llega hasta Roncesvalles y atraviesa los Pirineos con destino a Francia, data del siglo XIV. El primero de los cruceros. Cuando pisemos tierras gallegas, aumentará considerablemente su número.
El musgo se desarrolla en lugares húmedos y sombríos.
El tramo que comunica Roncesvalles y Burguete es completamente arbolado. El bosque regala su protección, su sombra, y si estamos atentos, puede revelarnos algunos de sus maravillosos secretos. El musgo tapiza los árboles y los rayos de Sol apenas llegan al suelo. Los árboles crecen a lo alto y configuran una cúpula natural que hace las delicias de los peregrinos que penetran en él. A estas alturas del Camino de Santiago, la montaña y los árboles son los principales protagonistas. Mirlos, petirrojos, urracas, y algún arrendajo, frecuentan el entorno.
Sorginaritzaga, el Robledal de las Brujas, una estrecha franja boscosa, atrapada entre la carretera y los campos de labor, pastos para ganado, mayoritariamente. Dos kilómetros sugerentes para unir Roncesvalles con Burguete, nacido como burgo al servicio de los monjes. El Camino de Santiago atraviesa un bosquecillo húmedo y oscuro, un lugar marcado por las historias y las leyendas de akelarres y brujas.
La Cruz Blanca, también conocida como Cruz de Roldán, fue instalada en este bosque para sacralizarlo, después de los juicios por brujería celebrados en la cercana localidad de Burguete.
Abandonamos el robledal y encaramos la llegada a Burguete.
Un mural en varios idiomas nos da la bienvenida.
El inicio de una fascinante aventura. Pamplona, la antigua capital del Reino de Navarra, nos espera a la vuelta de la esquina.
El supermercado de Burguete está estratégicamente situado para que los peregrinos se puedan abastecer de todo lo necesario para la jornada. A unos metros se ubican unas mesitas de madera, ideales para desayunar con las viandas que compramos en el súper.
Instalado en el Prepirineo navarro, el término municipal de Auritz/Burguete forma, junto con Roncesvalles y Espinal, ujna cuenca ubicada entre las cimas del monte la Corona al Este, Mendiaundi y Menditxuri al Oeste, Bagoandi al Sur, y Lindus, El Castillo, Girizu y Ortzantzurieta (la altitud más elevada con 1570 metros) al Norte.
Urraca (Pica pica) y Mirlo (Turdus mérula) dos de los pájaros más habituales en nuestros campos. Me fascina la capacidad de adaptación a diferentes medios de ambas especies. Maravillas de la vida.
Espinal nos espera en aproximadamente una hora.
Las casas de Burguete responden todas al mismo esquema constructivo, típico por otro lado, de la zona pirineica navarra. Los caminantes la atravesamos longitudinalmente, compartiendo el asfalto con bicicletas, automóviles y enormes camiones. Lo más curioso es una canalización de agua que discurre, divertida, paralela a la carretera. Los vehículos que nos encontramos de cara, y avanzan en sentido contrario, tienen en Francia su próximo destino.
Ayuntamiento e Iglesia, dos edificios que no pueden faltar en ningún pueblo de las Españas. Los poderes ancestrales ocupando el espacio más destacado de Burguete, a la vista siempre de todo el mundo, de propios y extraños, que nunca a nadie se le olvide quien manda de verdad, quien dirige los destinos de miles de almas.
La pequeña localidad de Burguete se inserta en el sistema fluvial del río Urrobi. Los bosques de ribera, formados por alisos, sauces y olmos, albergan una gran biodiversidad. Cerca de Burguete se sitúa un interesante humedal (al que por motivos obvios no nos acercamos) en el que viven especies como la nutria, el visón, el desmán de los Pirineos, el mirlo acuático y el martín pescador. El humedal se sitúa fuera del camino y de nuestra zona de influencia.
Senderos arbolados atraviesan campos de labor donde pace tranquilamente el ganado. El paso que une Burguete y Espinal es fantástico, un lugar idóneo para observar la avifauna de la región.
Entre las aves pirenaicas ocupa un lugar muy especial el alimoche (Neophron percnopterus) el buitre del Viejo Mundo de menor envergadura.
La Dama Azul, uno de los vulgarismos de Calopteryx Virgo, está entre los insectos más hermosos que existen. Su delicadeza y sus colores metalizados son fascinantes.
Los últimos tramos del bosque nos conducen al destino del día.
La localidad navarra de Espinal, su toponimia en euskera es Auriz-berri, se inserta en el Camino de Santiago que procede de los Pirineos camino del valle. No es un pueblo demasiado antiguo, fundado en el año 1263 por el rey navarro Teobaldo II de la casa de Champaña.
El milano real (Milvus milvus) es una de las rapaces más abundantes de todo el Viejo Mundo. Se distribuye, además, por un gran número de espacios, tanto naturales, como humanizados.
No se sabe muy bien las causas que llevaron al rey Teobaldo II a fundar Espinal. Lo cierto es que entre Roncesvalles y Viscarret existía un gran espacio despoblado, cubierto de bosques, que podría servir de refugio a proscritos, bandoleros y gentes ajenas a la sociedad del reino. Aún más, teniendo en cuenta que el siglo XIII era la época de las grandes peregrinaciones. El Camino de Santiago atravesaba precisamente el lugar donde se emplaza actualmente Espinal. La ruta que conducía a la capital del reino, Pamplona. El deseo de ofrecer mayor seguridad a peregrinos y viajeros europeos pudo estar detrás de la fundación de esta tranquila población pirenaica.
Simbolismo medieval en una preciosa jardinera realizado por la empresa Artiber, situada en la localidad murciana de Totana, ciudad alfarera.
Restaurante Ederrena. Un lugar magnífico, buena cocina con productos de la zona y de gran calidad. Para nosotros, parada obligatoria cada vez que pasamos por Espinal.
Las construcciones de Espinal son similares a las que ya vimos en Burguete, los esquemas y técnicas constructivas se repiten en estas localidades, que no por conocidas (hemos pasado por aquí varias veces) dejan de ser interesantes. Partimos de Roncesvalles y seguimos el descenso que comenzamos en Lepoeder, pero que hoy no culminaremos. Esta noche pernoctaremos en Espinal.
Después de llenar bien la panza y recuperar un poco las fuerzas nos vamos a pasear por los alrededores de Espinal para desarrollar otra de nuestras aficiones, el pajareo.
En estas tierras es habitual encontrar al ganado caballar pastando tranquilamente en condiciones de semilibertad. Muchos de estos caballos corresponden a la raza Burguete, cuyo origen está en el cruce de la yegua autóctona, la jaca navarra, con caballos franceses como el bretón. Tradicionalmente estos caballos han sido animales de trabajo, pero en los últimos tiempos se destinan a la producción cárnica.
Zorzal común (Turdus philomelos)
El entorno donde confluyen el bosque y los pastos es paisajísticamente una maravilla de gran belleza. Los ganados vacuno y caballar comparten el medio con la fauna silvestre. Los córvidos son los más abundantes, sociables y ruidosos (urracas, cuervos y arrendajos), pero son los pequeños pájaros los que presentan una mayor diversidad.
El alcaudón dorsirrojo (Lanius collurio) suele pasar el invierno en África, y cada año vuela a Eurasia para criar. Este pequeño, y vistoso, depredador se alimenta de grandes insectos, pequeños pájaros, roedores de campo y lagartijas.
El Zorro (Vulpes vulpes) es un cánido que se ha ido adaptando a todo tipo de medios naturales y que ha aprendido a convivir con el ser humano. Lo divisamos mientras descansaba medio oculto por la hierba, a escasos metros de un grupo de caballos que pastaban tranquilamente sin percatarse ni preocuparse por la presencia del raposo. En época de cría, las madres pasan muchas horas buscando comida para sus cachorros, se muestran muy activas, y por eso no resulta extraño encontrarlas a cualquier hora del día.
Lunes 28 de Junio de 2021.
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