Bobby Farrell con sus movimientos espasmódicos y su peculiar estilo de baile estaba empeñado en provocar el deshielo y terminar el solo con la Guerra Fría. Noches estivales de discotecas, fiestas y desenfrenos. A mediados de la década de los '70 la música disco causaba furor, olvidadas las penurias pasadas, jóvenes de todo el mundo se lanzaban frenéticamente a las pistas de baile, a quemar la noche al ritmo que marcaban bandas como Bonney, M. Liz Mitchel, Marcia Barret y Maizie Williams cantaban, bailaban e incluso gemían, y llevaban todo el peso de la actuación, mientras Bobby Farrell, entraba en una especie de trance psicodélico que culminaba en un auténtico orgasmo musical.
El paleotarot de Gustav Mattson
Hace 12 horas
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