Dos grandes grupos humanos se van a expandir por el Viejo Mundo
durante la Antigüedad, nos referimos a los semitas y a los
indoeuropeos. Es necesario aclarar, antes de continuar, que los
diferentes componentes de estas dos entidades, únicamente tienen en
común, el utilizar lenguas que tienen un mismo origen, de ninguna
manera se trata de grupos raciales homogéneos. Junto a ellos vemos
otros pueblos como los sumerios o los egipcios, que no pertenecían a
ninguna de estas grandes familias lingüísticas.
Los semitas reciben el nombre por considerarse descendientes de Sem,
el hijo mayor del patriarca Noe, pueblos nómadas de pastores, que a
partir del año 3000 a.C. abandonan su tierra natal, la península
arábiga, y en sucesivas oleadas se van a dispersar por todo el
Próximo Oriente, desde Mesopotamia hasta Egipto pasando por la costa
sirio-palestina, dirigiéndose a áreas de civilizaciones que ya
estaban sedentarizadas, que disfrutaban de mejores condiciones de
vida, y habían establecido una cultura urbana.
La cantidad de grupos diferentes, acadios, asirios, arameos,
fenicios, hebreos y árabes, y su gran difusión espacial,
imposibilitó su cohesión política (ni cultural). Las tres grandes
religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam, se
desarrollaron entre los semitas.
Los indoeuropeos son los pueblos descendientes de un tronco
lingüístico común que desde su lugar de origen se van a expandir
desde la India hasta Irlanda; Asia Occidental, Norte de Mesopotamia,
Irán, Europa Occidental, Balcanes, el Egeo, el Báltico y el
Atlántico Norte.
La estepas del sur de Rusia parecen ser la patria originaria de los
indoeuropeos, a los que únicamente podemos unificar por la lengua:
tocarios, hititas, eslavos, celtas, latinos, griegos. Entre el 2000 y
el 1500 a.C. se expanden en sucesivas oleadas desde su lugar de
origen. En su largo peregrinar por el Viejo Mundo van a recibir
diferentes influencias culturales, tantas que en ocasiones es muy
complicado vincular a este conjunto de pueblo.
Estamos ante grupos de jinetes guerreros, que usaban carros, se
dedicaban a la ganadería nómada y su unían en tribus por medio de
lazos de sangre. Para Max Weber, una aristocracia de jinetes. A los
indoeuropeos se les atribuye una concepción tripartida de la
sociedad , estudiada en su momento por Dumezil, en virtud de la cual,
cada grupo se encargaría de una función:
La primera función era la soberanía y el control religioso y estaba en manos de los sacerdotes, la segunda función era la bélica y protectora, y estaba en manos de los guerreros, y la tercer función era la producción, y era desempeñada por pastores, agricultores y artesanos.
La primera función era la soberanía y el control religioso y estaba en manos de los sacerdotes, la segunda función era la bélica y protectora, y estaba en manos de los guerreros, y la tercer función era la producción, y era desempeñada por pastores, agricultores y artesanos.
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