Un
italiano nacido en Prato que vivió en el siglo XIV habituado a
utilizar procedimientos poco honestos en los habituales mercados de
su tiempo. Durante mucho tiempo residió en Avignon y siempre estuvo
preocupado por los altos impuestos que tenía que pagar. En 1401
aconsejado por un notario, decidió mudarse a Bolonia (como hacen
muchos catalanes en Andorra) para evitar tener que enseñar sus
libros de cuentas a las autoridades y así poder engañar al fisco y
pagar menos impuestos. Personajes de esta calaña no son algo
exclusivo de nuestro siglo XXI.
Alguna lo habeis sentido
Hace 4 horas
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