Vilnius, la Capital de
Lituania, guarda la memoria de algunos de sus duques más
destacados, que gobernaron en uno de los estados medievales más
extensos de toda Europa. Mindaugas, entronizado, nos da la
bienvenida, orgulloso y altivo, en el Museo de Historia Nacional.
Gediminas, con su
caballo, recibe homenaje en la plaza de la Catedral, centro
neurálgico de la capital lituana. Y en el enorme pedestal que
sustenta al caballo de Gediminas, encontramos las efigies de otros
duques que dejaron aquí su huella; Kestutis, Vytautas, Algirdas y
Jogalla. El pueblo que olvida su historia está irremediablemente condenado a la desaparición y al olvido.
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