Poderosos toros sustentan con sus cornamentas las cubiertas de la Apadana, la inmensa sala de audiencias del palacio del rey Darío I en Susa. El persa siempre ha tendido hacia lo grandioso y colosal, y este impresionante capitel es una prueba de ello.
Lamentablemente estos días, algunas obras de arte como esta, son noticias por un triste motivo; su destrucción inmisericorde a manos de fanáticos religiosos. Este capitel de momento está a salvo, pues se encuentra en el Museo de Louvre. Cada vez que alguien destruye una parte de la historia común, la Humanidad se vuelve menos humana, perdiendo una parte de su esencia.
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