Bratislava fue centro del estado moravo, y parte importante del Reino Húngaro y del Imperio Austrohúngaro. Tras la batalla de Mohacs, Bratislava se convirtió en lugar de Coronación para los reyes húngaros.
Bratislava
es una de las capitales más jóvenes de Europa, sin embargo posee
una larga historia a sus espaldas. Fue un poblado celta durante la
Edad del Hierro, antes de la llegada de los romanos, que desde aquí
controlaban el Danubio. Posteriormente pasaron por aquí francos,
germanos, eslavos, húngaros, mongoles y turcos.
Un
territorio tradicionalmente activo en lo político y lo económico,
una urbe situada en el Centro de Europa, en las estribaciones de los
Pequeños Cárpatos, un enclave donde se unen los territorios
(vertebrados por el Danubio) de Eslovaquia, Hungría y Austria. Su castillo domina la ciudad y controla el Danubio, la principal vía de
contacto y comunicación de Europa Centro Oriental.
En
el siglo X desapareció la Gran Moravia, el primer estado eslavo
permanente, que tenia en Bratislava uno de sus baluartes, ante el
empuje de los magiares que fundaron en la región el Reino de
Hungría. En el siglo XIII llegaron a estas tierras los mongoles, que
pudieron ser rechazados, y en el siglo XVI los turcos, que vinieron
para quedarse. En estos años finales de la Edad Media la ciudad era conocida con el nombre de Presburgo, toponimia que mantuvo hasta principios del siglo XX.
Tras
la gran victoria de Mohacs, los turcos ocuparon buena parte del Reino
de Hungría y sus monarcas se trasladaron a Bratislava. En este
momento comienza la época de mayor prosperidad para la capital
eslovaca, pues aquí se estableció la aristocracia magiar y fue el
centro de coronación de los monarcas húngaros durante doscientos
años, cuyo ceremonial se celebraba en su catedral.
La Iglesia Azul es una muestra del eclecticismo, los grandes contrastes y el colorido de la capital eslovaca. Oficialmente llamada Iglesia de Santa Isabel. Las desvencijadas edificaciones comunistas intentan convivir con edificios imperiales a los que hay que sumar los coloridos edificios, reformados y curiosos ejemplos del Art Noveau de la Secesión.
La Iglesia Azul es una muestra del eclecticismo, los grandes contrastes y el colorido de la capital eslovaca. Oficialmente llamada Iglesia de Santa Isabel. Las desvencijadas edificaciones comunistas intentan convivir con edificios imperiales a los que hay que sumar los coloridos edificios, reformados y curiosos ejemplos del Art Noveau de la Secesión.
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