La Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta fue fundada en el siglo XI en la ciudad de Jerusalén en el contexto de la Primera Cruzada. Aunque los caballeros hospitalarios nunca dudaron en blandir la espada, su cometido esencial, que ha llegado hasta nuestros días, es el servicio a los más desfavorecidos.
La Orden Hospitalaria fue fundada en el siglo XI en Jerusalén con el establecimiento de un hospital para peregrinos. Las circunstancias históricas del momento provocaron que la orden adquiriera también un carácter militar encaminado a la defensa de los Santos Lugares, así como de los caminos y de los propios peregrinos. Tras la pérdida de Jerusalén, la Orden se trasladó a la isla de Rodas y posteriormente a la de Malta, donde permanecerá hasta el siglo XIX. En la actualidad su sede extraterritorial se ubica en Roma.
En el territorio del Reino de Navarra la Orden de Malta se establece desde principios del siglo XII. A partir del último tercio de esta misma centuria podemos hablar del Gran Priorato de Navarra diferenciado del de Aragón. El Prior, que era nombrado directamente por el Gran Maestre, era la máxima autoridad administrativa y jerárquica. La persona del prior estaba protegida por los reyes y gozaba de amplios privilegios e influencia social, incluido un asiento en las Cortes del Reino, sentado junto a los prelados del brazo eclesiástico. Grandes Priores de Navarra alcanzaron la alta dignidad de Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén, como Frey Martín de Redín y Cruzat (1657 – 1660) y Frey Francisco Jiménez de Tejada (1773 – 1775).
El esplendor del Gran Priorato de Navarra fue declinando a partir de los siglos XVI y XVII, aunque la Orden de Malta continúa presente en estas tierras con su Delegación Navarra. Entre sus tareas está la de asistencia a los peregrinos del Camino de Santiago.
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