Para muchos peregrinos el
Camino de Santiago (o cualquier otra peregrinación, como la
literaria, y cinematográfica, a Canterbury) es comadreo, jolgorio y
jarana. Peregrinos y peregrinas ríen a carcajadas y vociferan
sentados alrededor de la mesa de cualquier bar, cafetería o
chiringuito. Algunos inician escarceos que tendrán su culminación
bajo las sabanas o revolcados en cualquier granero. Todo se inunda de
alegría como relató Geoffrey Chaucer, autor de Cuentos de
Canterbury, inspirado en el Decamerón de Bocaccio. Esta comunión
también forma parte de la milenaria Ruta Xacobea, de cualquier
romería y peregrinación de todo tiempo y lugar.
Alguna lo habeis sentido
Hace 3 horas
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