En los alrededores de la Abadía de Fontevraud, en Francia, existe un pequeño pueblo medieval lleno de iglesias y de gran tradición religiosa. En una de sus empedradas calles, casi escondida por la vegetación y oculta a los curiosos visitantes, en una de sus orillas aparece la Capilla de Santa Catarina de Alejandría.
Construída hacia 1225, por orden de la abadesa Alix de Bourbon, la capilla estaba situada en el corazón del cementerio medieval y hacia el siglo XV, se encendió una linterna de muertos, para recordar a los fieles rezar por sus difuntos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario