La más antigua batalla
La pequeña ciudad de Hamoukar, en Mesopotamia, sufrió el más antiguo asedio del que tengamos constancia arqueológica.
Clemens Reichel, de la Universidad de Chicago y Departamento de Antigüedades de Siria, encargado de las excavaciones, cree haber encontrado los vestigios más antiguos de una guerra imperialista.
Hace unos 5.500 años, en el nordeste de la actual Siria, cerca de su frontera con Irak, se ubicaba Hamoukar, una próspera ciudad, dedicada a las manufacturas y al comercio de larga distancia, especialmente de armas de obsidiana y madera de cedro. El núcleo habitable se encontraba rodeado y protegido por una muralla de unos 3 metros de altura. El deseo de apoderarse de eses riquezas fue, con toda probabilidad, el motivo del feroz ataque que sufrieron.
El ataque llegó desde el sur, posiblemente Uruk, o alguna otra ciudad-estado con ambiciones territoriales e imperialistas, que dirigieron sus ejércitos Tigris arriba.
El ejército asaltante sometió a Hamoukar a un continuo y demoledor bombardeo con proyectiles de hasta 8 centímetros de diámetro.
Estas "bombas" golpearon muros, derrumbaron cubiertas y quebraron huesos, en un número superior al millar. La guerra finalizó con la aniquilación de la población, la conquista y el posterior incendio de la ciudad.
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